Crima
La torre de Alcalá
Ante mis ojos
ha pasado mi vida
como quién sentado en la sala
(de espera) de mi tienda vacía
-acodo al alféizar de la ventana-
y veo diluirse el cinabrio día;
y más o menos así lamentaba:
A la torre de Alcalá ya no iré nunca,
Ni a través del canal en góndola veneciana
Al arcano
llevaré mi ilusión de viajar
tal vez, ahí me permitan una travesía
Ni frotándome el alma mi cuerpo se entibia
Ni acabarme, (recuerdo penosamente)
una tarde, se dignó la bala
cuando entraron asaltarme.
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