Ventanas
El cantor en
el bus
Dos jirones de vapor que del lago se levanta
y al reunirse en el cielo forman una nube blanca...
Rápido preludio sacude mi cabeza al sopor del sueño
El cantor subido al autobús sin presentación alguna
recitaba a Gustavo Adolfo Bécquer; y seguía con otra:
Anoche
soñando que tú me querías
vi a un
ángel del cielo tranquilo bajar
y, luego,
juntaba tu mano a las mías
y yo te
miraba y tú me decías:
con todo
mi pecho te voy adorar
Y nombraba al mejicano Juan de Dios Peza
Los pasajeros indiferentes versaban entre ellos
Íbamos sobre el puente, hacía más rápido la vía
Otros subían y enconaban más al tribuno su loa
Los que tenían asiento cuchicheaban o dormían
Yo me la
llevé al río
creyendo
que era mozuela
pero
tenía marido …
(Yo, remedé a García Lorca porque me la sabía:)
en las
últimas esquinas
toqué sus
pechos dormidos
y se me
abrieron de pronto
como ramo
de jacintos
La chusma no escuchaba, daba ganas de gritar:
¡Mantengan silencio! ¡Oigan, por favor, al
trovador!
Pero mi alma gris émulo de indio tímido doliente
apenas farfullaba, mi voz dormida no alcanzaba
El cantor de edad madura, cristo lampiño parecía
ropa limpia vestía , tez blanca , rasgo idealista
Puesto un sombrero panameño fieltro flexible
Antes de mi
sopor, antes que subiera el cantor,
la chaqueta pequeña de invierno de las jóvenes,
-leggins de colores- llenaban sus hermosas
piernas
trasmitiendo –pensaba- donosura a sus galanes
que al lado -a bus lleno- juntos se apoyaban
Al notar indiferencia al copela declamador, ora,
parecían desabridas cotorras , narizonas y feas,
de frente estrecha, mente cóncava y vacía:
hablaban de programas de farándulas, cine
en dónde pasar la fiesta el fin de semana
Nadie de los pasajeros del bus un libro llevaba
solo diarios deportivos y revistas de farsas
Hagáis patria con esta gente -recordé a Arona (1)
¡Qué poca cultura tenemos! rumiaba adentro
El rapsoda por el gentío del bus tenía bochorno,
pedía, más que agua, atención, y no le daban
estirando débil
brazo abrió una ventana del bus
y presto, un sumergido, del asiento se
levantó
y lo volvió a cerrar con estrépito como si
dijera:
¡le molestaba su sueño el coplear de sus versos!
Me enfurecí al ictíneo (2), quería defender al juglar
Pero mi alma gris émulo de indio tímido doliente
apenas farfullaba, mi voz dormida no despertaba
Terminada varias coplas más explicó e invocó:
Mi afán es incubar la poesía al
pueblo marginado
Como no se puede vivir de buenas intenciones
-agregó y sacó de su bolso varios CD grabados:-
ofrezco a cinco soles los mejores
recitales,
de
los mejores poetas hispanoamericanos
Ofrecía de adelante hacia atrás
de atrás hacia adelante, sin éxito
Quería yo comprar:
la moneda que sobraba era mi regreso
Al no vender
pidió el poeta –prácticamente- caridad:
¿Me podrían propinar algo?, la
divulgación
necesita del pueblo vuestra consideración
Lo pedía de adelante hacia atrás
de atrás hacia adelante, sin éxito
Dí mi moneda de reserva,
sabría cómo, después, conseguirlo
Esta vez él, a la distancia,
me agradeció de mirada, ¡fui el único!
El hecho es que este maltrato tocó mi alma
yo, su congénere en amar las buena letras:
recibiré espinas
como ese cristo lampiño.
___
(1) Juan de Arona
(2) contranatural
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