lunes, 27 de julio de 2015

Poe. Rev. El Cantor del bus

Ventanas

El cantor en el bus

Dos jirones de vapor que del lago se levanta
y al reunirse en el cielo forman una nube blanca...

Rápido preludio sacude mi cabeza al sopor del sueño
El cantor subido al autobús sin presentación alguna
recitaba a Gustavo Adolfo Bécquer; y seguía  con otra:

Anoche soñando que tú me querías
vi a un ángel del cielo tranquilo bajar
y, luego, juntaba tu mano a las mías
y yo te miraba y tú me decías:
con todo mi pecho te voy adorar

Y nombraba al mejicano Juan de Dios Peza
Los pasajeros indiferentes versaban entre ellos
Íbamos sobre el puente, hacía más rápido la vía

Otros subían y enconaban más al tribuno su loa
Los que tenían asiento cuchicheaban o dormían

Yo me la llevé al río
creyendo que era mozuela
pero tenía marido …

(Yo, remedé a García Lorca porque me la sabía:)

en las últimas esquinas
toqué sus pechos dormidos
y se me abrieron de pronto
como ramo de jacintos

La chusma no escuchaba, daba ganas de gritar:
¡Mantengan silencio! ¡Oigan, por favor, al trovador!
Pero mi alma gris  émulo de indio tímido doliente
apenas farfullaba, mi voz dormida no alcanzaba

El cantor de edad madura, cristo lampiño parecía
ropa limpia vestía , tez blanca , rasgo idealista
Puesto un sombrero panameño fieltro flexible


Antes  de mi  sopor, antes que subiera el cantor,
la chaqueta pequeña de invierno de las jóvenes,
-leggins de colores- llenaban sus hermosas piernas
trasmitiendo –pensaba- donosura a sus galanes
que al lado -a bus lleno-  juntos se apoyaban

Al notar indiferencia al copela declamador, ora,
parecían desabridas cotorras , narizonas y feas,
de frente estrecha, mente cóncava  y vacía:
hablaban de programas de farándulas, cine
en dónde pasar la fiesta el fin de semana  

Nadie de los pasajeros del bus un libro llevaba
solo diarios deportivos y revistas de farsas

Hagáis patria con esta gente -recordé a Arona (1)
¡Qué poca cultura tenemos! rumiaba  adentro

El rapsoda por el gentío del bus tenía bochorno,
pedía, más que agua, atención, y no le daban
estirando  débil brazo abrió una ventana del bus
y presto, un sumergido, del  asiento  se levantó
y lo volvió a cerrar  con estrépito como si dijera:
¡le molestaba su sueño el coplear de sus versos!

Me enfurecí al ictíneo (2), quería defender al juglar
Pero mi alma gris  émulo de indio tímido doliente
apenas farfullaba, mi voz dormida no despertaba

Terminada  varias coplas más explicó e invocó:
Mi afán es incubar la poesía al pueblo marginado
Como no se puede vivir  de buenas intenciones
-agregó y sacó de su bolso varios CD grabados:-
 ofrezco a cinco soles los mejores recitales,
 de los mejores poetas hispanoamericanos

Ofrecía de adelante hacia atrás
de  atrás hacia adelante, sin éxito
Quería yo comprar: 
la moneda que sobraba era mi regreso
Al no vender
pidió el poeta –prácticamente- caridad:

¿Me podrían propinar algo?, la divulgación
necesita del pueblo  vuestra consideración
Lo pedía de adelante hacia atrás
de atrás hacia adelante, sin éxito
Dí mi moneda de reserva, 
sabría cómo, después, conseguirlo 

Esta vez él, a la distancia,
me agradeció de mirada, ¡fui el único!
El hecho es que este maltrato tocó mi alma
yo, su congénere en amar las buena letras:
recibiré espinas  como ese cristo lampiño.

___
(1) Juan de Arona

(2) contranatural

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