Ventanas
Barquillo de helados
Una pelota me llega a medio vuelo
a botecitos va cayendo a mi pie derecho
presiono la suela de mi zapato al piso,
tal que, la bola siga rodando al empeine
hasta mi rodilla y con ayuda de éste
la levanto hasta mi pecho
y, luego, por gravedad va descendiendo,
y, sin ver, la choteo por donde vino
Segundos antes:
Una niña se apartaba de un grupo de niños
llevaba en la mano un barquillo de helados
dos copos: pasión
lúcuma, delirio durazno;
se le oyó desdeñar a un niño del grupo:
¡No te voy a dar Andrés
porque no me invitaste la última vez¡
Segundos después:
La pelota barre de sus manos el barquillo
¡Y helada! se queda sin pasión
sin delirio
El que pinta letreros en la calle,
El llantero que cambia llantas,
el vendedor de queque
el exprimidor
de naranjas,
el que vende dólares
el que finge malabarista,
todos, al unísono, se reían de buena gana
viendo apagada las ínfulas de la niña
Yo, torpe, pegué la bola sin haberla visto
mi afán era solo devolverla como vino
y nervioso, para reparar mi tropiezo,
inútil busco al vendedor de helado
A todo pulmón llora la niña
enseña la campanilla de su paladar
y yo, tolondro, no se qué hacer...
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