domingo, 26 de abril de 2015

Trabajo es trabajo



En una silla de ruedas la señora vende
agua de mesa, en botella,
rollos de papel  higiénico,  galletas
frente al Hospital Dos de Mayo
e intrigado vi  hacia sus lados
cajas vacías, uno a uno, cada cierto trecho

Un conductor había intentado aparcar su carro
mutilando una caja
la doña maniobró su silla hacia él,
y a voz , le conminó abandonar

Dijo: ¡Ese sitio está reservado!
- ¡No es parqueo municipal!, reclamó el extraño
-¡No señor!, está reservado
¡Yo no estoy aquí por las puras!
-Pero estoy frente al hospital, insistió
- ¿No entiende? ¡Está reservado!

Y el automovilista al verla airada,
en silla de ruedas, se retira

Luego aparca otro auto, supongo, conocido
que, zalamera, la tullida, saluda al conductor
con el antepuesto de doctor, quién, además,
le compra una botella de agua mineral

Ella, como muchas  mujeres en este país
a pesar de su incapacidad física
se ingenian para ganarse la vida:
le reserva el parqueo a los doctores
mientras laboran les cuida el carro
e incluso les limpia con una franela,
ha de recibir no tan poca propina.

A veces en la oquedad de mi pensamiento
espero recaer  a una silla de ruedas
para emprender algo sustantivo a mi vida

No hay comentarios:

Publicar un comentario