A
veces quería decirle
que
procree al amor
el
lenguaje de sus manos
y
luego
¡Toma
esto y vete!
¡Y
no me conoces ni te conozco!
Pero
no, no le dijo
Era
la subordinada de su equipo
así
no lo querría, seguiríanse viendo
(y
si no se vieran tampoco estaba bien)
Ya
estaba viejo para esas lejuras; barra y cogñac
y
la parsimonia triste de su pensar evaluaba:
Ser
viejo es darse cuenta de ciertos límites
Si
lo hubiese dicho y acontecido ese acto
como
ya nos tendríamos confianza
cuando
le faltara, otro día, algún maravedí
arrugaría
su frente, miraría la celosía
su índice en medio de sus narinas pondría
y
me buscaría con la mirada
Eso
pasa, eso me pasó antes que ella
eso es la de nunca acabar, ya
lo sabía
O ,
ella, me pediría compensaciones:
a
su dado inflaría como pócima de dioses
O,
si era fregada intentaría resarcirse
bajo
el espejo de haber sido acosada
A
pesar de su lenguaje de maíz tierno,
tras,
harta sed de venganza escondería
mas
grande que su vida sombría
que
no ha registrado picos de altura.
A
veces quería decirle
que
procree al amor
el
lenguaje de sus manos
pero
no , no podía,
ni siquiera
insinuarlo
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