sábado, 18 de abril de 2015

El negocio de los honguitos




Madame Gil –Gilbert Van Erpe, sexagenaria francesa- convencía a sus victimas para que adquirieran un fermento de yogur que ella misma vendía. …”la inversionista” es decir la victima, se llevaba el fermento a su casa, donde debía madurarlo con leche y, una vez los hongos estuvieran listos, Gil se los recompraría para ser utilizado en la fabricación  de cosméticos en Europa. El gancho para que los clientes cayeran –mayormente mujeres- era la tentadora oferta de las ganancias. La madame francesa ofrecía devolver el doble de lo invertido. Es decir, quién comprara 450 dólares en hongos (ese era el precio mínimo) recibiría 900 cuando Gil  le recomprara el fermento. La victima recibía 7 frascos de fermento, la victima lo maduraba y luego la empresa de Gil lo recogía y pagaba 7 dólares por cada frasco pero, eso solamente una vez o dos, luego desaparecía. Miles de personas se tragaron el cuento.
Estafó en muchos países. Al Perú llegó a principio de 2004…Encontró socios  y montó una empresa que le sirvió de fachada Labomax E.I.R.L Los peruanos coludidos con Gil se hacían pasar como representantes de la firma pero en realidad se dedicaba a cazar incautos.
Madame Gil fue detenida en Francia,  amasó una fortuna de 15 millones de euros con el cuento del hongo mágico

Hildeb Nº 242

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