Madame
Gil –Gilbert Van Erpe, sexagenaria francesa- convencía a sus victimas para que adquirieran
un fermento de yogur que ella misma vendía. …”la inversionista” es decir la
victima, se llevaba el fermento a su casa, donde debía madurarlo con leche y,
una vez los hongos estuvieran listos, Gil se los recompraría para ser utilizado
en la fabricación de cosméticos en
Europa. El gancho para que los clientes cayeran –mayormente mujeres- era la
tentadora oferta de las ganancias. La madame francesa ofrecía devolver el doble
de lo invertido. Es decir, quién comprara 450 dólares en hongos (ese era el
precio mínimo) recibiría 900 cuando Gil
le recomprara el fermento. La victima recibía 7 frascos de fermento, la
victima lo maduraba y luego la empresa de Gil lo recogía y pagaba 7 dólares por
cada frasco pero, eso solamente una vez o dos, luego desaparecía. Miles de personas
se tragaron el cuento.
Estafó
en muchos países. Al Perú llegó a principio de 2004…Encontró socios y montó una empresa que le sirvió de fachada
Labomax E.I.R.L Los peruanos coludidos con Gil se hacían pasar como representantes
de la firma pero en realidad se dedicaba a cazar incautos.
Madame
Gil fue detenida en Francia, amasó una
fortuna de 15 millones de euros con el cuento del hongo mágico
Hildeb
Nº 242
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