Tengo
cajones de libros por leer
pero
con este trajín de escribir
repasar
cuadernos y manuscritos
no me
queda tiempo para ojear
Dándome
cuenta de ello, a pesar,
sigo
comprando libros usados,
soy,
como el que juega dados
como
el que va al tragamonedas
fabrico
en mi una compulsión
Tener
su peso en mis manos
- cargar
esa historia de amor
una
aventura al planeta perdido
en trescientos
gramos de sueño-
me
causa cierta reconfortación
Apenas,
repaso la contratapa
el
tiraje, la fecha de edición
Si el
libro es en papel copia
- lo que mi dinero le alcanza-
desconfío
la numeración
tal
vez halle página vacía
Pero
¿para qué?, si comprado
como
la fruta buena en la mesa
esperando que la comiera
no
hacerlo la desperdiciara
Este
día para colmo de lo absurdo
compre
un libro de biología,
Alvin
Nasón, que llevé en la Villa,
Estudios
Generales, grande me afligía
¿Por
qué, si hoy no es de mi lectura
ni
a mis hijos, inclinado a ingeniería?
¿Compré
porque estaba casi nuevo?
¿Porque
era original y la pasta dura?
¿O,
sería porque estaba a buen precio?
¿Por
el placer de volverlo a tener?
El
que tenía un sobrino lo vendió
por
comprar una garrafa de cerveza
Sin
duda, lo compré por compulsivo
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