La policía
aduanera interviene al peruano (puneño) Juan Bustamante. Este ignora el idioma alemán,
el italiano, el francés, ¿Qué hace en Viena y con que fin enrumba a Constantinopla?
Intérprete mediante, Bustamante informa:
-Viajo
por el gusto de viajar. No me envía mi gobierno que no está en situación de
ocupar comisionados con dicho objeto.
-¿Será
Ud. bastante rico, cuando ha andado tanto
solo por gusto?
-No,
ciertamente, sino que mi pequeño capital [negociaba con lanas en su puno natal]
quería gastarlo en viajar. He recorrido bastante pero todavía me esperan
naciones del este…
(…La
tristeza nubla de Bulgaria…Atenas –los atenienses, ignorantes que presumen de
caballero, Chipre, Galilea, Nazaret: penumbras pobladas de mendigos. Damasco,
dobla a Lima en población y también en suciedad. Alejandría, Egipto, Suez sinónimos de miseria y esclavitud.
La octava parte del mundo es feliz y la desgracia se ceba en el resto)
Nota:
En su
libro Viaje al Antiguo Mundo por un peruano, musita una reflexión premonitoria:
Imposible permanecer con gusto en el Perú,
donde no veré nunca, según me los manifiestan los sucesos, más que atraso,
decadencia y ruina. Esta idea dolorosa
me impulsó a viajar por países remotos… el estado actual de las cosas me
presagia un borroso porvenir; y e s mucho
más mi dolor, al considerar, que siendo represente al congreso por mi provincia,
no pueda coadyuvar en nada al bien de la patria, por la tenaz resistencias que encuentro
al espíritu de progreso en los que más empeño debieron mostrar en planificarla.
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