jueves, 5 de febrero de 2015

Viena 1842




La policía aduanera interviene al peruano (puneño) Juan Bustamante. Este ignora el idioma alemán, el italiano, el francés, ¿Qué hace en Viena y con que fin enrumba a Constantinopla? Intérprete mediante, Bustamante informa:

-Viajo por el gusto de viajar. No me envía mi gobierno que no está en situación de ocupar comisionados con dicho objeto.
-¿Será Ud.  bastante rico, cuando ha andado tanto solo por gusto?
-No, ciertamente, sino que mi pequeño capital [negociaba con lanas en su puno natal] quería gastarlo en viajar. He recorrido bastante pero todavía me esperan naciones del este…

(…La tristeza nubla de Bulgaria…Atenas –los atenienses, ignorantes que presumen de caballero, Chipre, Galilea, Nazaret: penumbras pobladas de mendigos. Damasco, dobla a Lima en población y también en suciedad. Alejandría,  Egipto, Suez sinónimos de miseria y esclavitud. La octava parte del mundo es feliz y la desgracia se ceba en el resto)

Nota:
En su libro Viaje al Antiguo Mundo por un peruano, musita una reflexión premonitoria:

 Imposible permanecer con gusto en el Perú, donde no veré nunca, según me los manifiestan los sucesos, más que atraso, decadencia y ruina. Esta idea dolorosa  me impulsó a viajar por países remotos… el estado actual de las cosas me presagia un borroso porvenir;  y e s mucho más mi dolor, al considerar, que siendo represente al congreso por mi provincia, no pueda coadyuvar en nada al bien de la patria, por la tenaz resistencias que encuentro al espíritu de progreso en los que más empeño debieron mostrar en planificarla.

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