lunes, 16 de febrero de 2015

Los coyotes



 Me advirtieron que tuviera especial cuidado con los coyotes. Son hermosos como perros domésticos pero astutos y farsantes como político en campaña. Entendí mejor la metáfora cuando me enteré lo que hicieron a un vecino. El hombre acababa de instalarse en Maine (EEUU). Era un campesino novato, como yo. Una tarde andaba en el bosque admirando los abedules plateados cuando encontró  un cachorro enfermo tirado en medio del camino. Parecía un perrito indefenso y maltratado, pero se trataba de un coyote embustero. El hombre decidió rescatarlo. Se arrodilló para recogerlo, lo cargó como un bebe y, cuando se puso   de pie, una docena de coyotes adultos aparecieron de entre los árboles. Lo rodearon  y, como es natural, lo atacaron atacándole  los brazos, las piernas  y el cuello… los coyotes le habían tendido una trampa, como si entendiera que el corazón de algunos humanos puede ser blando.

 Marcos Avilés

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