¡Que
bonita mujer, caramba, que bonita!
Es
lo primero que articula mi vecino
Es
verdad, también la miro, y es hermosa:
Resplandecen
chispas sus ojos grandes
Y
sus labios frondosos invitan oprimirla
Su
nariz tallada fue por escoplo divino…
Uva
marina que recibe en el belcho
La
amplitud de la brisa y del sol…
Y
deshace, paso a paso, su miel al pasar
Imposible
creer sus narinas denle mal uso,
Aglutina,
enerva la sangre a ese amigo
Que
del intricado de su mollera, le canta:
¡Que
bonita mujer, caramba, que bonita!
¡Pan
de dios, te doy las gracias por pasar!
No
se incomode si observo su derrier
¿Dónde
sostiene su belleza?, eso, quiero saber.
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