domingo, 15 de febrero de 2015

Con la voz que le he dado



       (Narra un gato)

No se qué pasaba con mi amo Ya no dormía en casa
Algunas semanas antes discutía mucho con su mujer
Cuando algunas tardes llegaba, después del regaño se iba
No sin antes llevarse algunas cosas como ropas, zapatos…

Ya no había los whiskas (1) que solía darme
Ni pasaba su mano sobre mi espinazo, hora flaco
Ni me cargaba en su regazo   en  noches altas;
Solía llevarme al parapeto de la azotea a mirar la calle, él,
Yo, a los gatos techeros y me jactaba a que supieran, éstos,
Que mi amo  me estimaba, cosa que a ellos,  les hastiaba

Entonces,  me empezaba contar cosas que le preocupaba
Que iba mal su relación, mal  su negocio, mal en todo
Sin saber que  le oía y le entendía pero no podía expresarme
Solo ronroneaba, y de esa forma  me solidarizaba

A esa mujer tampoco le quería No me compraba los whiskas
Me daba la sobra de los platos, si es que sobraba
¡¿Ya terminaste?!,  gritaba cuando apenas  mordía una troncha
¡Ahora lárgate al techo! ¡Y trata hacer algo, caza ratones!
¡O si no quieres que te bote igual que a tu dueño!

Un día seguí a mi amo, quería saber, dónde se iba a dormir
Nosotros los gatos no seguimos por la calzada
Seguimos por los techos de las manzanas
En la  esquina, la última, había un claro, luego, una loza
Ahí  estaba el paradero del bus amarillo
Se  subió y se lo llevaba, sabe la diosa Bastet (2) dónde
Era inútil seguir ese camión tipo acordeón


Cierta vez cuando llegó temprano no estaba su mujer
Así que empezó a juntar la ropa que iba a llevar ese día
Buscó una cinta adhesiva para sellar el embalaje
Bajó al piso a buscarlo y aproveché  introducirme
Y fondearme dentro de la caja
Hice un hueco pequeño con mis garras
Para que mi naricita pudiera respirar,
Volvió, selló la caja, llamó un taxi y me llevó

Llegué a una casa de tres pisos tras una hora de viaje
Subió la caja al último cuarto del último piso
La apiló junto a otras cajas y se bajó a su pieza

Pasaron horas y nadie me auxiliaba
Con mis garras fracturé la caja y pude salir
En el tendal me topé con la señorita de la caza
¡Ayyy!,  exclamó la muchacha ¡Un gato feo!
Su grito erizó mi pelaje amarillo atigrado

¡Fuera de aquí!, gritó, aventándome la escoba
Salté a techos vecinos y de ahí a otros
Porque otros gatos y perros me lanzaban, a su vez,
Hasta que me enervé encima de un tanque aéreo
Y desde ahí pude conocer el nuevo vecindario

Así conoci el cuarto de mi amo, lo vi por la ventana
Estaba en la segunda planta atrás de la casa
En esa casa grande vivía con sus hermanos

Tres noches después  me enteré oyendo por la claraboya
Que estaban preocupados por el hermano mayor, mi amo,
Dos noches que no venía, no había regresado tampoco a su casa
(Esto lo supieron llamando por teléfono a uno de sus hijos)

En una esquina de la sala vi un gato siamés hermoso
Pelo corto, suave, de color oscuro en la cara y en la cola,
Y el resto del manto un color beige tirado a blanco

La niña que me había botado lo tenía en su regazo
Engreído en la lumbre del hogar curioseaba por doquier,
En cambio, por una mancha en mi cara
Mi amo me llamaba  Michifeo

Yo también estaba preocupado, y  de frio, en el techo
Por lo que decidí bajar  al cuarto de mi amo
Dando una vuelta olímpica, orillando una  medianera
Di un salto a la ventana entre abierta y me dispuse a esperarlo

Esa noche estando en vilo los hermanos
(Hacían llamadas a diferentes centros asistenciales)
Simitrio, mi amo, llegó pasado las dos de la mañana
Con su mochila al hombro y su corazón en el píe,
Desencajado, ebrio un poco, y  no quiso hablar

Se metió en su cuarto  cerró la puerta tras de si
Sacó de la mochila  una botella de yogur, además,
Un pomo color amarillo impresa una rata en el etiqueta

Apagó la luz, se sentó en la cama,  mesó su cabello,
Se sobrecogía hondamente tratando no hacer bulla

Me dio  mucha pena Tenia que hacer algo
Maullé despacito
Se sobresaltó Prendió la luz y me vio
Yo me encorvé  buscando su cariño
¿Michifeo? ¡Michifeo¡  gritó
¿Cómo llegaste? ¿Quién te trajo?
Me tomó Me llevó a su pecho Me acarició
 
Salió, llevándome en sus  brazos y preguntó a sus hermanos,
Que aun, en la sala seguían conversando
¿Quién trajo mi gato? Nadie podía darle razón
Recién vemos ese gato, respondieron
-la sobrina no estaba, dormía-

Después me llevó a su cuarto y dijo:
¿Debes tener hambre? ¿De donde te saco los whiskas?
Fue a la cocina, trajo una lata de atún
Lo abrió y me lo dio

 Yo lo comí encantado
Sin temor de robar en ollas ajenas

Imaginó que había llegado desde lejos, por mi cuenta:
Indescifrable sentido de ubicación que le asombró
-Me ufané de los polendas que me daba- agregaba:-
Que  yo lo había emprendido porque le extrañaba

Entonces llorando sentenció:
¿Por qué me iba a matar si había alguien que me quería?
Y arrojó con fuerza el veneno por la ventana.


*

Inventar historias sobre animales-dice Marco Avilés- es una consecuencia natural de tener mascotas. Si pasas mucho tiempo con ellas, es probable que un día empieces a preguntar ¿Qué hacen los gatos cuando nadie los ve? ¿En que sueñan los perros?..Estas interrogantes hacen trabajar a los científicos, pero también engendran mucha literatura.

“Cada animal es un cuento que se mueve” dice el poeta mexicano Alberto Ruy Sánchez…”un animal sin cuento –añade- es tan triste como las personas llenas de prisa”
Todos los animales tienen una historia. Lo que faltan son los humanos que las descubran.


(1)Comida para gatos
(2) Bastet, diosa de la mitología egipcia, también denominada Bast, cuya misión era proteger el hogar y simboliza la alegría de vivir, pues se considera la deidad de la armonía y la felicidad.

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