Las autoridades de Londres han exigido a una empresa
de publicidad que retire las papeleras que instaló en un barrio financiero y
que cuenta con la capacidad de captar datos de los smarthphones: rastrear los
cookies en la calle par luego vender los datos, o sea, descubrir los hábitos de
navegación del usuario, las páginas que visita, a la hora en que lo hacen,
cuando tengan encendido el wifi.
Era una empresa de publicidad formal pero ¿si eran delincuentes
y no solo buscaban cookies? Son riesgos que estas compañías de teléfono inteligente
no prevén al usuario, no informan, solo quieren ganar dinero.
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