martes, 3 de diciembre de 2013

Tarjetas de crédito


El mundo es ancho para los bancos y ajeno para los usuarios. Lo ancho para unos, los bancos, y lo estrecho para los demás, o sea nosotros.
Si dejas de pagar una tarjeta de crédito de consumo de un banco en que  diez años hayas sido  cliente puntual  pero el último año por problemas x dejas de pagar serás reportado a la central de riesgo: equifax, infocor, certicom, etc. Y no tendrás ninguna consideración por los diez años de haber sido buen cliente.
O sea, te trata igual que a un delincuente que, ex profeso, con datos falsos  saca una línea de crédito de una tarjeta  y en la primera oportunidad retira todo el disponible y huye.
No podrás garantizar, no podrás abrir un negocio y solicitar crédito de trabajo  a las empresas con las que trabajaras porque éstas solicitaran a la central de riesgo tus antecedentes; no podrás pedir un préstamo a otro financiera, si tuvieras otra propiedad no podrás solicitar crédito hipotecario si antes no arreglas tu deuda. Entonces, serás un excluido social. Si quieres, a pesar, seguir  la brega tendrás que  utilizar la informalidad, utilizar a prestamistas de la calle con altísimo interés empeñando lo último que  tengas.
Si no quieres se excluido  porque  como jefe del hogar no quieres dar mal ejemplo a tus hijos  jóvenes solo te queda arreglar con el banco. Si tu línea de crédito ha sido 3.000 dólares y se evaporó entonces le debes aproximadamente, más  moras y otros  en un año de incumplimiento una suma que puede llegar  al doble; y cuando quieras   refinanciarlo en 3 años estarás pagando  tres a cuatro veces más de tu línea de crédito inicial.   Muchos contraen la nueva deuda, disparada, so pena, que sí antes tenías a tus hijos en colegios privados o ibas a un consultorio privado por salud ahora tengas que utilizar servicios médicos del estado , educación pública del estado haciendo más carga a él.
En cambio, aquellos excluidos que se niegan a pagar dicen: Que se joda el banco, son unos abusivos, no les voy a pagar. Indirectamente están fomentado en sus hijos jóvenes  la cultura del perro muerto . Y éstos a su vez cuando tengan la edad, por ahora  limpio en las centrales, al poco tiempo, copiando a sus padres serán iguales los nuevos excluidos. Y es peor para  el joven ser excluido tan temprano. Loa que frisamos de cincuenta arriba cuando jóvenes no había tarjetas. Pero un joven a los veintitantos ser un excluido debe ser preocupante, sobre todo por  deudas pequeñas.
 Ahondando en este mismo rubro de los del estrato D y E, saben  las tiendas por departamento no les podrá embargar su casa por ser cuenta mínima (éstas, a los jóvenes les abren un crédito de  200  o 300 dólares)  O, ante el incumplimiento trata de enviar mensajería con ordenes apremiantes y no quiere , en algunos casos, llegar al extremo    hacer una recuperación de bienes (uno, porque estos artefactos chinos desde que salió de la tienda son , casi, descartables  y, dos, es mas bien contraproducente  porque los vecinos enterados del embargo de bienes ya no que querrán la tarjeta de tal tienda o financiera .
 Pero  esta pérdida se lo arrima n  al reflexivo cliente que sí quiere cumplir su deuda. Este tendrá que pagar por el incumplimiento del otro  por eso le arriman altos interés (Hay  reservas de cuentas que el banco se previene por  clientes que no pagan)  Es culpa del banco no saber elegir sus clientes. ¿Porque  los socios del banco no asumen esa pérdida? ¿Porque  antes de soltar el crédito  -solo se basan en las informaciones de las centrales- no propagan  una cultura del crédito en un auditorio para veinte personas por vez, por ejemplo?
 No lo hacen porque siendo claros, in extenso,  desanimarían  potenciales clientes.  No lo hacen en grupo porque temen que fraternicen  los grupos  de clientes. Prefieren perder con los excluidos pero saben que lo recuperan con creces en los clientes de sectores A, B  y  C  que fruto de su trabajo tienen propiedades, negocios, y otros y que una tarjeta mal usada por la pareja o los hijos   tiene que concertar para pagar aunque frunciendo el ceño.
En general, si el gobierno tomaría manos en el asunto y estudiaría cómo se originan y se incrementan esas deudas, por  excesivos cargos, moras, etc  y exigiera  el gobierno  a esas tiendas que pasado x años la deuda se anula en clientes no consuetudinario de deber. Y  por otro lado socializar intereses y moras y demás cargos para que el cliente pueda salir más fácil de la deuda y recuperar en poco tiempo  -y con experiencia- dar mejor uso a la tarjeta.
Si los bancos harían la concesión hoy, el dolor para ellos  seria casi imperceptible, cuando lo hagan más tarde va ser peor, tal como en España, Grecia y otros.


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