domingo, 8 de diciembre de 2013

Dora Verona


Ciro Alegría, el escritor peruano de fama internacional su nombre verdadero era  Cecilio Ciro Gonzales. Murió el 25 de mayo de 1977. Le dejó  a Dora  Verona, su esposa, cuatro hijos, del último aun embarazada. Cuenta ella:
Me dejó sin dinero, solo papeles, puro papeles que en vida  Ciro no quería que  tocara. Me decía No me toques  nada. Solo había publicado tres libros.
Pero revisando su legajo  con el correr de los años pude sacar a luz 24 libros más  que me ayudaron  criar a mis hijos y al país conocerlo mejor. Murió subiendo Marcahuasi igual que nuestro  hijo Diego que en una excursión escolar murió en un accidente  cuando tenía 14 años
Contaré cómo lo conocí:
Había escuchado de él porque me habían obligado a leer El Mundo es Ancho y Ajeno su obra prima.
 Pensé que el autor estaba muerto. Pero cierta vez,  estando yo en España hubo una conferencia de escritores latinos  a la cual asistimos mamá y yo. Mi madre nunca me dejaba sola.
Entonces le  vi por primera vez. Me sorprendió que estuviera vivo.  Era un viejo canoso.
Posteriormente en La Habana cuando me invitaron a una reunión de poetas y novelistas  (Yo era  poetisa  cubana ) hice mi presentación y luego de unos días  a Ciro Alegría  le tocó exponer. Entonces mi madre  dijo: Tienes que conocerlo – es decir, conversar con él- pero no pudimos entrevistarnos,  era muy conocido  y no se podía llegar a él fácilmente. Se iban los días hasta que un señor nos dio la oportunidad de presentárnoslo. Yo y mamá fuimos, yo, en particular, por conocer  a la máxima  celebridad  literaria de nuestro país. 
Luego de la conversación  pidió mi dirección para mantener una correspondencia entre el gremio ( aunque yo  pobre alumna comparado a él) A los tres días se apareció en mi casa. Me invito salir. Mi madre puso reparo pero tratándose  de Ciro Alegra y, sobre todo, porque íbamos  a cenar en un restaurante  de un pariente nuestro en La Habana, aceptó.
De esa reunión a los tres meses me pidió matrimonio.
Yo, joven, de clase media alta, teniendo buenos pretendientes con dinero, haciendas, acepté a Puro Papeles Ciro Alegría. Pero no me quejo. A través del rescate de sus obras   lo hice con  paciencia infinita y mucho amor que me ocupó buena parte de mi vida y pude  conocerlo mejor y estoy seguro que hice algo por su país  enarbolando más su nombre y el de mi  familia.

2013/Feria del Libro de Lima.

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