Varios años exponiendo mi espalda me han cogoteado algunas veces
y, presto, han metido mano a mi cartera, y, otro, el que venia de frente,
blandiendo navaja me acusaba; ¡tú eres! ¡él es!
solo para asustarme y dejarme robar tranquilo.
Sufrí , estos, cuando tenia poco dinero y caminaba despreocupado
esperando a la germa, por ejemplo;
en cambio, cuando llevaba harto dinero al banco (tenia mi tienda, dije) nunca me han robado
Felizmente, por lo primero,sin consecuencias de golpes que lamentar
Solo el golpe anímico de quedar idiota con la manga del pantalón descocido
- lo hacen, exprofeso, los pericos, para que no se les siga-
Ahora, son mis hijos jóvenes, ¡siete!-uno aun es chiquitin , no sale a la calle-
son los que me preocupan cuando no llegan a casa o tardan
Un temblor demasiado fuerte en la puerta-calle sobresalta mi corazón viejo
presintiendo funesta noticia Pero no Aún no ¡Quiera Dios nunca!
(¡Ahora si me recuerdo de Dios!)
No hay comentarios:
Publicar un comentario