jueves, 19 de abril de 2012

Libro roto

  • uno

Todo está en su lugar, dispuesto a recibirme en el momento menos indicado
para que arda como tea, aquellos arbustos pequeños del alma
que echan rices gruesamente y me duren en este blog
Arbustos de tanta resina -tanto jorobarme-
predispuestos a combustionar.

  • dos

La tapa de un libro roto me escarapela el alma La reviso
 Está en  mal estado, en cualquier momento quién merodee por ahí
se animara a botarlo Siendo de buen autor determino rescatarlo
Con  paciencia aliso sus páginas exteriores como si alisara
la coronilla de un niño
A su encuadernación cambio la tapa y queda , casi  nuevo,
Vaticinio que alguno de mis hijos lo habrá de leer
y me sentiré recompensado.

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