Una mujer me persigue en sueños
Cansado desasirme de ella, la evoco,
resignado en las teclas de la máquina
Trigueña, esbelta, había tristeza dulce en su faz
A pesar, el amor no debía estar lejos de ella.
Esperaba frente a la puerta del teatro
brazos cruzados, mordiéndose los labios
mirando a los lados en espera inquieta.
Yo, como todos los que estábamos en la cola,
con el billete de entrada en la mano
esperaba el ingreso a la sala
La pude observar a mi antojo largos minutos
Trigueña, esbelta, haba tristeza dulce en su faz,
a pesar, el amor no debía estar lejos de ella
Quería ser el afortunado que se retrasaba
El fuego de mi deseo acaloraría su corazón
Sonó la campanilla de ingreso
abrieron puertas y la gente empezó a entrar
di mi postrera mirada a su formada silueta;
y eso pensé que era todo
No me miró, no la volví a ver nunca mas
sin embargo, la sueño recurrente
¡hace treinta años espero encontrarla
fuera de mis sueños!
no tanto a cortejarla... ya es tarde
si la hallaría le contaría ese hechizo
tal vez se rompa el encanto de soñarla siempre.
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