Juan Hus
Biografía
Juan Hus nació hacia 1370 en Hussenitz, una
pequeña villa de la región de la Bohemia meridional (hoy República Checa), en
el seno de una familia de campesinos pobres. Su padre murió siendo Juan aún un
niño, por lo que fue criado con mucho esfuerzo por su madre. Demostró tener
piedad y fervor religioso desde su infancia, participó como monaguillo y cantó
en el coro de la iglesia. Los libros religiosos le apasionaban. Cierta noche
que leía la vida de San Lorenzo cerca de la chimenea, acercó su mano al fuego
para ver hasta dónde sería capaz de soportar los tormentos que San Lorenzo
había sufrido.
Jan Hus recibió la mejor educación que
permitían las circunstancias, aprendiendo lo suficiente sobre los escritores de
Grecia y Roma en una escuela privada en la provincia de Bohemia, donde sacó el
título de Bachiller en Teología en 1398. Se le aceptó en la Universidad de
Praga por caridad, es decir, se le permitió estudiar en esa universidad aunque
no tenía el dinero para costear los estudios. Pronto dio pruebas de su
capacidad intelectual y se destacó por su diligencia y aplicación al estudio.
Fue maestro en Artes en 1396 y continuó especializándose en Teología al tiempo
que enseñaba Filosofía
En el ambiente universitario, Jan Hus se
encontró con una fuerte división de nacionalidades: bávaros, sajones, polacos y
bohemios (checos). Una fuerte mentalidad independentista marcaba a estos
últimos, los checos peleaban frecuentemente contra los otros. Incluso en el
campo de las teorías filosóficas se marcaba la diferencia, por ejemplo, los
checos se basaban en el realismo, mientras que los alemanes eran partidarios
del nominalismo. En la universidad de Praga reinaba la concepción teológico
filosófica del realismo escotista, del cual se vio influenciado el pensamiento
de Hus.
Jan
Hus en el Concilio de Constanza.
Jan Hus fue escritor de una gran obra
denominada Eclessia (Iglesia en griego), detallando sus mayores discrepancias
contra el sistema católico imperante en esa época. Su conclusión más importante
se basa en que Cristo es la cabeza de la Iglesia y no el papa y los cardenales.
Este escrito fue clave para el despertar de la Iglesia protestante.
Carrera
eclesiástica
Hus fue ordenado sacerdote en 1400 y al año
siguiente obtuvo el cargo de decano de la Facultad de Arte y Filosofía. Fue
nombrado predicador por el rey de Bohemia, Wenceslao de Luxemburgo, primero en
la iglesia de San Miguel y luego en la capilla de Belén de Praga en 1402, donde
se predicaba exclusivamente en idioma checo.
Hus encabezó desde 1408 un movimiento
basado en las ideas de Juan Wiclef denominado husismo y sus seguidores, los
husitas, se multiplicaron en momentos en que la cristiandad sufría la crisis
del Cisma de Occidente. Desde 1378, la Iglesia se encontraba dividida en dos
obediencias, una al papa de Roma y otra al antipapa de Aviñón. Desde el
púlpito, Hus criticaba esa división, la corrupción moral de la Iglesia, los
abusos que cometía y la riqueza que estaba acumulando. En un intento de
solucionar el cisma, un grupo de cardenales convocó en 1409 un concilio en
Pisa, donde depusieron a los papas Gregorio XII de Roma y Benedicto XIII de
Aviñón y eligieron un tercero, Alejandro V de Pisa. Los dos primeros no dieron
marcha atrás y se mantuvieron firmes en sus cargos. Así que la Iglesia pasó a
tener tres pretendientes al solio pontificio. El rey Wenceslao rindió
obediencia al antipapa Alejandro V, separándose con más fuerza de los llamados
alemanes, que mantuvieron su obediencia al papa romano.4
En este contexto, Hus fue nombrado en 1409
rector de la Universidad de Praga. A la luz de las doctrinas de Wiclef, quería
que la Iglesia católica fuera pobre, que todo lo que hiciera estuviera
claramente basado en el Evangelio; además, criticaba la venta de indulgencias.
Le decía a todo el pueblo que debía desobedecer a la Iglesia porque era
evidente que los sacerdotes vivían en el pecado. También pretendía que se
prohibieran los bailes. Participó en los grupos que surgieron en la escuela de
predicadores de Milic de Kromeriz, que deseaban volver a la pureza de los
primeros años del cristianismo y se oponían a los grandes dirigentes de la
Iglesia.
Contra
el papado
Hasta este momento, Hus no había ido tan
lejos. La cuestión se agravó cuando desarrolló su posición respecto al papado.
Hus planteaba que la verdadera Iglesia era invisible y que todos los que
pertenecen a la Iglesia son sus miembros. La iglesia romana tiene un rol
eminente, pero no es la verdadera Iglesia de Cristo, ya que enseñaba que solo
Cristo era la cabeza de la Iglesia. Predicaba que Jesucristo era la verdadera
Piedra y no Pedro, y decía que el papa, con su corrupción y sus muchos pecados
y errores que enseñaba a las personas, era la encarnación del anticristo. Las
críticas de Hus se dirigen principalmente al antipapa Juan XXIII,Nota 1 5
sucesor de Alejandro V, a quien el rey de Bohemia había dado su obediencia.
Para financiar la guerra contra Ladislao, Juan XXIII promulgó la predicación de
las indulgencias en Bohemia. La manifestación pública de Hus causó el recelo de
los predicadores enviados por el antipapa, que se debía más que todo a que a
ellos solo les interesaba el dinero y poco el explicar bien el significado de
las indulgencias a los fieles.
Por las calles de la ciudad se llevaron en
procesión dos imágenes, una del papa vestido con hábitos pontificales
riquísimos y otra de Jesucristo con vestidos pobres y cargando una cruz. A tres
de los manifestantes se les ejecutó por meterse contra los predicadores de Juan
XXIII, y los bohemios los veneraron como mártires, mientras que Hus fue
excomulgado por el cardenal Stefaneschi.
Condena
del Concilio de Constanza
Para poner fin a la división de la
cristiandad occidental, el emperador Segismundo convocó el concilio de
Constanza, más tarde ratificado por el antipapa Juan VIII y luego confirmado
por el papa Gregorio XII. En esta ocasión, Jan Hus tuvo la ilusión de
presentarse a la asamblea conciliar para defender sus doctrinas y ser declarado
inocente.
Martirio de
Jan Hus (Spiezer Schilling, 1485).
El concilio duró del 5 de noviembre de 1414
al 22 de abril de 1418. El emperador, que confiaba y creía en la inocencia de
Hus, le prometió un salvoconducto para acudir allí y explicar sus postulados.
Hus llegó a Constanza el 3 de noviembre, dos días antes de que se abriera el
concilio, donde se presentó a los teólogos del concilio, pero las trabas de sus
propios compatriotas, que habían difundido un juicio muy negativo sobre él y
sobre sus doctrinas, no permitieron que saliera triunfante como lo esperaba. La
excomunión le prohibía celebrar la misa y predicar, pero Hus no hizo caso y
trasgredió la prohibición, por lo que fue detenido el 28 de noviembre en casa
de un capitular y encarcelado -a pesar de lo apalabrado- en un edificio del
convento de los Dominicos. Cuando el rey Segismundo llegó el 24 de diciembre,
se mostró enojado por no haberse cumplido lo que había prometido, pero no hizo
nada por ayudar a Hus. Como quiera que Segismundo quería heredar la corona bohemia
de su hermano Wenceslao, le interesaba más que se rehabilitara la reputación de
Bohemia.
El 24 de marzo de 1415, Hus fue trasladado
a la torre de los Descalzos y más tarde encarcelado en la torre del palacio
episcopal en Gottlieben (actualmente Suiza). El 4 de mayo, el Concilio condenó
a Wiclef y su doctrina a título póstumo. El 5 de junio de 1415 se llevó a Hus
al convento de los Franciscanos, donde pasó las últimas semanas de vida. Del 5
al 8 de junio de 1415 fue sometido a interrogatorio en el refectorio del
convento. El Concilio le exigía que se retractara y abjurara públicamente de su
doctrina. Hus se negó a retractarse de algunas de las doctrinas de Wiclef y se
mantuvo firme hasta finales de junio. En la asamblea general del Concilio,
celebrada la mañana del 6 de julio de 1415, fue condenado por herejía,
degradado del rango sacerdotal y abandonado en manos del brazo secular. El
emperador le acusó de traición y le condenó a morir en la hoguera, ejecutándose
la sentencia ese mismo día. 7 En dicha asamblea estaban presentes, como
representantes del poder secular, el emperador Segismundo, Federico de
Hohenzollern, Luis III del Palatinado y un magnate húngaro. Como representantes
del poder eclesiástico dieron su voto el obispo cardenal de Ostia, el obispo de
Lodi, el obispo de Concordia y el arzobispo de Milán. Como el papa Gregorio XII
había abdicado antes, la condena se hizo sin participación papal.
Hus fue entregado al poder secular, que lo
llevó fuera del casco de la ciudad. La hoguera se había instalado en un lugar
llamado Brühl entre la muralla y el foso. La orden de prender fuego a la
hoguera, en la que se hallaban Hus y sus escritos, la dio el Conde palatino
Luis en nombre del Emperador. Los verdugos esparcieron las cenizas de Hus por
el río Rin. Desde el siglo XX hay una placa conmemorativa en el sitio del
patíbulo medieval.
Algunos afirman que antes de ser quemado,
Hus dijo las siguientes palabras:
«Vas a asar un ganso, pero dentro de un
siglo te encontrarás con un cisne que no podrás asar.»
Los seguidores de la Reforma Protestante
suelen identificar a Martín Lutero con esas palabras, ya que 102 años después,
Lutero clavó sus 95 tesis en Wittenberg y en su escudo de armas figuraba un
cisne.8
Hus escribió en una carta de despedida a
sus amigos :
«Esto me llena de placer, que hayan tenido
que leer mis libros, donde se manifiesta su maldad. También sé que han leído
mis libros con más interés que las Sagradas Escrituras porque querían encontrar
en ellos sus falsas doctrinas.»
El
movimiento husita
Artículo principal: Guerras husitas
La muerte de Hus fue sentida en Bohemia
como una ofensa a la nación, lo cual desencadenó una revuelta terrible de sus
seguidores, los husitas. En algunas parroquias, los sacerdotes que no compartían
las doctrinas de Hus fueron expulsados. Incluso el arzobispo de Praga fue
objeto de amenazas. Algunos nobles de la región, encabezados por la reina
Sofía, enviaron una carta al concilio de Constanza en la que declaraban a Hus
como héroe nacional y rebatían las acusaciones contra él. Aseguraban además que
lo de una supuesta herejía bohemia era una mentira y una invención del
infierno.
Luego se formó una liga de nobles para
defender la libertad de predicación, para proteger a los miembros del movimiento
del poder episcopal y contra la injusta excomunión.9 Los husitas se dividieron
ideológicamente en dos grupos principales:
Los utraquistas: grupo más moderado que
estaba formado por la baja nobleza y la burguesía y que fueron apoyados por la
Universidad de Praga.
Los taboritas: grupo más radical,
constituido en torno a la fortaleza de Tábor y con influencia de corrientes
milenaristas, con tintes antinobiliarios y antigermánicos.
En un primer momento ambas corrientes se
unieron en torno al militar Jan Žižka, organizándose militarmente y
enfrentándose a las tropas imperiales. La represión fue violenta y lograron
imponerse en la región bohemia.9 Sin embargo, Žižka murió a causa de la peste
negra y las corrientes husitas se separaron, acabando enfrentadas entre ellas.
Los taboritas continuaron con sus campañas militares, saqueos y pillaje,
mientras que los utraquistas se dirigieron al Concilio de Basilea, donde se
reconciliaron con la Iglesia y con el emperador Segismundo, dando su apoyo a
ambos en la lucha contra los taboritas y derrotándolos el 31 de mayo de 1434 en
la batalla de Lipany.
Monumento a Jan Hus
A Jan Hus se le ha dedicado en 1915 un
conjunto escultórico en la Plaza de la Ciudad Vieja (Staroměstské náměstí) de
Praga, con motivo de la conmemoración de los 500 años de su muerte.
Posible rehabilitación por la Iglesia
católica
La Iglesia Católica a partir del concilio
Vaticano II se ha declarado a propósito de una posible rehabilitación de Jan
Hus. En dicho concilio, el obispo auxiliar Kampe declaró que «también nosotros
los católicos debemos confesar hoy sin ningún miedo que los jueces en Constanza
se han equivocado y que la muerte en las llamas del reformador Hus va entendida
en aquella petición de perdón general que hizo Pablo VI».4
En 1999 Juan Pablo II señaló: «Siento el
deber de expresar mi profunda pena por la cruel muerte infligida a Jan Hus y
por la consiguiente herida, fuente de conflictos y divisiones, que se abrió de
ese modo en la mente y el corazón del pueblo».
El 15 de junio de 2015, el Papa Francisco
celebró una "liturgia de reconciliación" con motivo del 600
aniversario de la muerte de Jan Hus, junto con representantes de la Iglesia
Husita checoslovaca y de la Iglesia evangélica de los Hermanos Checos.11 El
viernes anterior, el Papa había dicho: "La muerte de Juan Hus hirió de
gravedad a toda la Iglesia Católica y se debería pedir perdón por ella."
Influjo en la Iglesia Luterana[editar]
Por su parte, la Iglesia Luterana lo
incluye en su Calendario de Santos Luterano.
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