¡Huija!
Por Antonio Prieto
Chita que estoy contento porque vuelvo a mi
tierra,
Vengo encogerme este teto largo que me vio
crecer
Y vengo cantando y temblando… a pedirles el
aplauso,
Por el que en tierras lejanas, en tierras
muy extrañas,
Tanto y tanto trabajé. ¡Huija!
Será grato escuchar a los pesados de
siempre ah, jajá,
Que me estoy haciendo viejo, que me tiño
más las canas
Y también que me maquillo y que pese a todo
eso,
Soy el mismo… o soy mejor…, cachetón. ¡Huija!.
No hallaré al negro Morales, no estará el
ñato Fernández,
Ni la Chela, el flaco Gálvez,
Faltará un montón de locos que se fueron
para el cielo,
O se fueron al… al, ah!, pero muchos han
nacido
Y quererlos será fácil. ¡Huija!.
Voy a subirme al cerro, al más alto que
tenemos,
Azotarme con recuerdos de mi vida de otros
tiempos,
Verlo todo desde arriba, como un modo un
tanto raro
De mirar una función. Yo, allá abajo
algunos años
Y mi eterno problemita, pero suyo el
zapato,
El terno para fiesta, como frieras
discernido.
Allá voy arrastrando con mi hermano,
A las seis de la mañana, de un invierno, de
un verano,
El feo carretón cargado de pescado,
Desde la estación, hasta donde usted que
sabe,
Que se venden las merluzas… bascuñán y
salvador.
Por ahí pasaba el "treinta",
Me gustaban los tranvías que traían
acoplado,
Hacer el perro muerto, pagar 20 centavos,
¡Cómo dolía las manos en el frio del hielo!
Y las babas de corvina, pa' pincharse la
rutina,
Todos lo quieren pelao y el frasquito de
perfume,
De esos malos, baratitos, de violetas, de
claveles,
En el bolsillo del pañuelo, para oler mejor
a… gente que ha robado,
Las escamas me vendían mala suerte.
Ahora, me estoy viendo partir… hacia el
rumbo del chileno,
Quise salir pero… a ganar y más pobre que
una rata,
Eso prueba que era joven. Comenzó la otra
mitad de la vida que yo quise,
Media vida de extranjero, que palabra tan
odiosa,
Se te pega en el pellejo como mancha que te
acusa
Y en países que en discursos, salvo raras
excepciones,
Nos engañan con… hermano… ¡phut! ¡Huija!.
Ahora me estoy viendo volver, con mi vieja,
con mis cabros,
Y tres lutos en el alma, pero canto, canto,
canto. ¡Huija!.
Estoy contento porque vuelvo a mi tierra,
acá…
Y acá dice que lo espere, flaco de mi
hermano,
Está juntando plata para comprarse el
tiempo
Y venirse para siempre, a veces se me
pierde,
Ignoro donde está, pero ya eso importa
poco, pues,
Acá me va encontrar, acá los tres hermanos,
Fue el último deseo que nos dijo mi mamá.
¡Huija!, vieja, dará que ser mi prole y era
prole de mi prole,
Tal vez cuando choché le cuente a mis
nietitos el mundo que vivimos,
Le diré que fui cantante, que vendí pilas
de discos y que el aplauso me gustó,
Me llamaba Antonio Prieto. ¡Cómo gritaban
las cabritas!,
Cuando salía arrancando encima de tu tío
abuelo, que en paz descanse.
Blanca y radiante va la novia…
Tal vez pille alguno de ellos riéndose de
mí,
Ya se está carriliando todo el viejo jetón.
¡Huija!, ¡jajajajajajá!
Salí a buscar la fama, volví a encontrar el
cielo,
Quiero plantar un árbol, una casa con
balcón para ver la nieve eterna,
Criar bien a mis pollitos, ser tratado como
a todos,
No diferentemente, vivir como cualquiera
Y saber que se siente…,
Que se siente cuando se chorrea una
empanada en la mano,
Que se siente, cuando caricia uno la roca
en la playa,
Saber que se siente, que se siente ser
chileno ¡mierda!
__
Juan Antonio Espinoza Prieto, más conocido
por su nombre artístico Antonio Prieto,
nacido en CHILE, en el puerto nortino de Iquique, el 26 de mayo de 1926
y falleció en Santiago, el 14 de julio de 2011,
fue un cantante y actor chileno, muy popular internacionalmente durante
la década de 1950 y 1960 en Latinoamérica y algunos países
Patricio, Antonio Prieto y su hermano
tiraban un carretón de mano, en el que vendían pescado.
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