viernes, 20 de octubre de 2017

JOSÉ DE RIBAS, EL ESPAÑOL QUE FUNDÓ ODESA


JOSÉ DE RIBAS, EL ESPAÑOL QUE FUNDÓ ODESA


Una de las calles más importantes de la ciudad ucraniana de Odesa
tiene por nombre “Deribasovskaya” en honor de su fundador, el militar
español José Pascual Domingo de Ribas y Boyons, más conocido en la
Rusia del siglo XVIII como Ósip Mijáilovitch Deribás, nacido en el Reino
de Nápoles (vinculado dinásticamente a España) en 1749.
El padre de José de Ribas fue un catalán de Barcelona enviado a
Nápoles como Cónsul de España y nombrado allí Director del Ministerio
de Fuerzas Navales y Armadas napolitanas. Fue allí donde José de Ribas
inició su carrera militar a los 16 años, alcanzando a los 20 el grado de
Mayor del ejército napolitano. En esa época conoció a la persona que
habría de cambiar su vida.: el ruso Aleksey Orlov, hermano del amante
de Catalina la Grande, que se encontraba en Italia para encabezar una
expedición naval contra los otomanos. Orlov quedó impresionado por
los conocimientos y múltiples facetas del joven y lo tomó como
ayudante e intérprete. Ribas viajó en la expedición rusa que hundiría la
flota turca en la batalla naval de Chesme y fue posteriormente enviado
a Rusia para instruir al sobrino de Orlov, el conde Bobrinski, hijo
ilegítimo de Catalina la Grande con su amante, Gregori Orlov.
A su llegada a San Peterburgo ingresó como capitán en el Cuerpo de
Cadetes de Tierra, trabando amistad con Iván Ivanovich Betskoi,
ministro de construcción de la zarina, y con su hija ilegítima, Anastasia
Ivanova Sokolovaya, una mujer mayor que él con la que se casaría a los
23 años lo que le abrió las puertas del palacio de la zarina al ser
Anastasia una de sus damas de compañía.

Potemkin y Crimea
Pero José de Ribas, que era un hombre de acción, pronto reparó en que
la Corte no era lo suyo y en 1783, después de nueve años en San
Petersburgo, consiguió entrar al servicio del nuevo favorito de la zarina,
el principe Grigori Potemkin, con el que viajaría al sur de Ucrania. En
poco tiempo Ribas, sería ascendido a coronel y posteriormente, a
brigadier. Ayudaría a Potemkin a anexionar Crimea a Rusia , y a
construir una nueva flota del Mar Negro y el puerto de Sebastopol, que
será su base.
Los sucesivos éxitos militares en la zona del Mar Negro pusieron pronto
de manifiesto las dotes militares de José de Ribas al que, tras una gran
actuación en la batalla naval del estuario de Dniéper, le fue entregado el
mando de la nueva flotilla de remos del Mar Negro, cuyos efectivos eran
en su gran mayoría cosacos. José de Ribas los instruyó y convirtió en
una temible fuerza de choque para operaciones de desembarco,
consiguiendo con ellos la toma de la fortaleza de Ochakov, en la
estratégica isla de Berezán, que le valió el ascenso a general.
En1789, José de Ribas consolidó su reputación tomando la estratégica
población de Hadjibei durante la noche, con su fortaleza costera de
Yeni Dunai, protegida por una amplia escuadra turca que ni siquiera
reparó en el paso de la flotilla rusa. A José de Ribas aquel lugar le
pareció que era ideal para la construcción de un gran puerto militar y
comercial, y sería precisamente allí donde levantaría más tarde la
ciudad de Odesa.

El sitio de Ismail
Pero Ribas hubo de esperar hasta el año siguiente para cosechar su
mayor victoria. En aquel momento los generales rusos no podían
avanzar hacia Estambul al encontrarse taponados ante los muros de la
fortaleza de Ismail, a orillas del Danubio, pero José de Ribas logró
conducir a su flota a través de la desembocadura del Danubio y
remontó el río hasta la Ismail, cercándola desde la parte sur tras
destruir un centenar de naves turcas. Días después, Ismail cayó en las
manos rusas después de enviar nueve columnas para asaltar la
fortaleza según el plan diseñado por Ribas. Fue una de las mayores
masacres de la época y una victoria legendaria para los rusos, que aún
hoy en día conmemoran en cada aniversario. Por esta victoria, Ribas
recibió una espada de oro cubierta de diamantes y propiedades en
Bielorrusia con más de 800 siervos. De esta forma, José de Ribas entró
a formar parte del círculo de las águilas de Catalina, formada por
capitanes victoriosos. Una año más tarde el imperio otomano se vería
empujado a pedir la paz. El Tratado de Jassy, con la firma de Ribas en
1792 como uno de los tres plenipotenciarios nombrados por Potemkin
para negociar, supuso la cesión a Rusia de toda la orilla norte del Mar
Negro.

La fundación de Odesa
Ribas, que fue nombrado contraalmirante y más tarde vicealmirante, se
puso manos a la obra para lograr unos de los sueños de Potemkin, una
San Petersburgo del sur, al igual que hizo Pedro el grande con su
capital del Báltico. Ribas luchó con ahínco para conseguir la aprobación
de la Bahía de Hadjibei como lugar de ubicación para la nueva ciudad,
ya que existían proyectos rivales para construirla en otros lugares.
Finalmente, con un decreto personal, Catalina le encomendó la
construcción de lo que sería la ciudad de Odesa. En sólo dos años, la
costa del Mar Negro vio nacer una nueva ciudad y un puerto visitado
por barcos mercantes de toda Europa, llegando a ser en el siglo XIX, la
tercera ciudad del imperio, después de San Petersburgo y Moscú.

La conspiración contra el Zar
José de Ribas en esos momentos estaba en su mejor momento; era
dueño de extensas propiedades y de un pequeño imperio en el que
podía manejarse con absoluta libertad, pero tras la muerte de Catalina
en 1796 y la llegada al trono de su discutido hijo Pablo, éste llamó a
José de Ribas a San Petersburgo para abrirle un proceso por supuesta
malversación en la construcción de Odessa.
Tal acusación parecía suponer el final de la carrera de José de Ribas,
pero éste se las arregló para revertir la situación y tras un juicio
absolutorio le fueron devueltos todos sus cargos, aunque se le ordenó
permanecer en Petersburgo sin que nunca más volviera a la ciudad que
fundó. El zar Pablo se aproximó a Bonaparte con la intención de
castigar a los ingleses y austríacos por traidores, pero la perspectiva de
una guerra con Inglaterra no era bien vista ni deseada por la nobleza y
dirigentes rusos. Ribas era almirante, pero un contubernio realizado por
opositores, le hizo caer en desgracia y Pablo lo apartó de sus cargos en
marzo de 1800. De esta forma, Ribas, contactó con los descontentos e
inició la conspiración contra Pablo I. Sin embargo, no pudo ejecutar el
magnicidio planeado al verse afectado por unas fiebres crónicas
durante una de sus campañas, falleciendo el 2 de diciembre de 1800.
Algunas fuentes comentan que parte de los conspiradores envenenaron
a su cómplice por temor a que en su delirio pudiera delatarlos.
Independientemente, Pablo I fue asesinado el 11 de marzo de 1801 por
un grupo de oficiales que irrumpió de noche en el castillo de San
Miguel.
El cuerpo de José de Ribas se encuentra enterrado en el cementerio
católico Smolenskoye en San Petersburgo, mientras que en lo alto de la
larguísima escalinata de la ciudad de Odesa en que Serguei Einsestein
rodó la celebérrima escena de su película “Acorazado Potemkin” se
encuentra una estatua de José de Ribas, pero no provista de armas
propias del gran militar que fue, sino de planos y herramientas propias
de un constructor, del español que fundó Odesa, con una sola “s”, que
es como se escribe tanto en ucraniano como en español.


Autor: Ignacio del Pozo Gutiérrez para revistadehistoria.es


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