XXVII
Ahora camino un extenso lago
Capa de hielo prendido a roca
Ejército de cangrejos en agua dulce
y la iridiscencia de pececillos raros
Cogido a resistente y ceñido arnés
metal
crampón desplaza mi bota
que algo estabiliza y podía mirar
a través del hielo grueso cristalizado
En medio de esa laguna encantada
Claro diáfano el hielo me parecía
aun así no sabía quién me halaba
Sentía
que una polea me danzaba
pero quién me jalaba no veía
XXVIII
Terreno abierto desierto exploro
clima glacial subsuelo helado
Observo doquier: Campo infinito
Baldío pero en el suelo hay vida:
¡Millones de líquenes y musgos
Puebla la inmensa tundra desnuda!
Repentino oigo por
las afueras:
¡Cuidado, cuidado, con el pantano!
Trato evitar rodeando la vaguada
Oigo de nuevo esa voz nítida:
¡No te muevas Zeli, no te muevas!
¡Ten cuidado Zeli no te me muevas!
Tal vez es un
sueño y me pellizco
Tal vez estás a mi espalda, ¡pero no!
Observo doquier: Campo infinito
vano trato ubicar procedente voz
Busco un palo para bastonear
y no hay en la tundra una sola vara
Seguro estoy en un planeta perdido
país desconocido,
no el mío
Pero en el suelo hay minúscula vida:
¡Millones de líquenes y musgos!
Y esa voz tan firme ya no escucho
Pero ora puedo continuar mi camino.
XXIX
Luna plena, inmensa… Riela la luna
Sobre las aguas de un río calmo
Esplende a los tallos de la ceiba
Llega hasta la cerca, al lado del río
e ingresa por la puerta abierta a
mi casa que orla
techo a dos aguas
Sentada a la tarima del pórtico
Do una portezuela va a la ribera
me parece que ya estoy muerta
Porque ya no me late las sienes
ni el sudor ensopa
mi blusa
ya me siento mucho más liviana
¿Ora podré ver la cara de mi Dios?
¿Ora podré oír enternecedora voz?
pero
No hay nadie a quién preguntar
Solo un bote enroscado a la rada
agua calma que refulge a espejos
y la luna inmensa siempre sola
El morral tejido que usar solía
En el carport sobre un clavo colgado
Y aquel vestido celeste vaporoso
Triste … con quién hablar no tengo
¿O será éste mi purgatorio antes de
las calles de oro y mar de cristal?
Toco las cuerdas de una bandurria
apoyada sobre mi regazo y su trino
contagia a la aves de la noche
Espero vengan a
llevarme río arriba
A la estación de los recién llegados
A traer a esta placentera posada
a Amator y vivir juntos el eterno.
ZELI/ autor Jrosual/ Marzo 2017
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