XXI
Entonces escapaba salía huía
Y para eso muy bien me servía
Casi siempre
las calles del centro de Lima
Batucadas con un palo o con la mano
Tamboras de piel iban tocando
los que llevaban
tono y ritmo
Caras pintadas, corazones de rojo
Pequeños con zapato de payasos;
Faldones de colores como arco iris
Escoltaban donosos Los narices rojas
Bailaban tondero Los zancos a dos palos
Uno vestía traje de Árbol Andante
Otro disfrazaba con Piezas de lego
Otro tenía una mascara de carnaval
hecho de cartón
E invadían la Plaza mayor el cortejo
Y el barullo me entusiasmaba
Trapecista de cuerda otros ejercitaban
Saltadores pirámide humana formaban
Seguía a la pompa barullo de niños
Flanqueando sus padres se complacían
Hondo suspirar era pasar por la plaza
¡Qué ganas de festejar bailando
tenía!
Manzanas acarameladas propinaban
-¡Algodón de azúcar por el Día del niño!-
Yendo a la plaza con algo se tropezaba
Albricias para quién por ahí caminaba
Por eso ir a centro de Lima me gustaba
Algo para olvidar la pena que laceraba
Esa pena tiznada por ese amor ingrato
Que le toleraba y jamás le vengaba.
XXII
Siento mi pulsación nítida
Como si me golpearan la sien
Pero ahora es un ruido metálico
Como arrastre de cadenas en la noche
Aquel ruido que se acerca no es un coche
Tampoco de un tren ni un carromato
Tengo que abrir bien mis sentidos
Para distinguir bien el crujido
-No, no es necesario Amiga de la bruma
Es la muerte que viene por vos
Parece dijera la Mariposa nocturna
Que la botaba y no se iba
Y se posaba –taparaco café-
Sobre la fotografía de mi velador
Y en mi silueta se posaba.
ZELI/ autor Jrosual/ Marzo 2017
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