XX
A veces no se daba
cuenta lo que decía
¿Sería que yo no le
importaba?
Ofendía y no interesaba
reparar
Y encima, su gesto lo
empeoraba
Yo que por verle las horas contaba
Le pregunté una vez
¿Cuándo fue la última
vez que nos vimos?
-¿Quieres que te diga
cuando fue?
Y su lento farfullo
me indisponía
-¿Cómo no vas a recordad cuando nos vimos?
¡Siquiera trata recordar!,
rezondraba
No sé para qué iba a
verle
Yo no sabía siquiera
insultar
Y antes que mi ánimo endurara
como un resorte me
asaltaba
buscaba cambiarme de
humor
Con su risa que creía
remediarlo todo
Con sus besos brujos y empalagoso
Me arqueaba, levantaba el índice
entre mi seno y su
torso y exhortaba:
¡Si quieres seguir
conmigo, primero,
Tienes que cuidar
cómo me hablas
y cuando digo seguir quiero
decir
Seguir algo
serio, derecho y firme
y no como
tu propones:
Amistad erótica
Amigos con cierta confianza
Ofrecer amistad al que pide amor
es como dar pan al que muere de sed(1)
*
Recuerdo, era nueve de la noche
Para volver a mi casa
demoraba
Casi dos horas de
viaje
¿Qué dirá mi madre si
vuelvo tan de noche?
No me va creer –rumiaba
para mi-
Otra vez no me va
dejar salir
Prometí prestarle un
dinero
que me había pedido
mañana por la mañana
¡y no había trabajo!
Por ese tiempo
trabajaba de noche
En un taller de
confecciones
Había llegado a las
ocho
Y no había material
para bordar
Entonces corrí a la
oficina de él
Para alcanzarle antes que cerrara
¡Qué tonta!
Sibilinamente le
invitaba
Que estaba disponible
esa noche
Para que hiciera
conmigo
Lo que él quisiera
Pero esa vez no
respondía, esquivaba
Le conté que la dueña
era una extranjera
Casada con un paisano
mío
Y que por éste me
agencié del trabajo
Esa mujer a pesar de
sus cuarenta
Se vestía como una
chiquilla –comentaba-
Y le quedaba
cualquier ropa que se ponía
-A ver, dame la dirección
del taller
Dijo de pronto mi glotón sodomita
-Para qué, ¿para que la cortejes?, dije
Pero él con su risa
creía remediarlo todo…
Entonces noté que fui
a él inútilmente
No me quería o
exprofeso
hacia sus bromas para
molestarme
o para que le dejara
-¿Quieres que me vaya
para que venga la Solina?
Dije por decir –Solina era su amante-
Pero él con su risa
creía remediarlo todo
Aunque ahora reía
nerviosamente
Había acertado sin querer que
tras bambalinas había
estado esa mujer
-¡Dímelo de una vez!
Y al seguir con su
sandez
Dije:
-¡Pues te dejo, no
soporto más!
-¿A dónde vas?,
preguntó sin pena
-A un amigo del
taller
(Lo dije sin pensar, se me salió
como si lo hubiese tenido preparado)
Tal vez él me acepte lo que yo demando
-¿Qué demandas?
Quería decirle amor
Pero no dije nada
Solo le tiré la puerta y me fui.
__
(1)Ovidio
ZELI/ autor Jrosual/ Marzo 2017
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