lunes, 27 de marzo de 2017

ZELI (Poemario) XXV



XXV

Había propuesto no decirle nada
No se enterara  nunca mi deceso
Ni quería me viera en este  estado
Porque ya no era la que era
ante las amarilleces de mi cara
Prefería la sombra del olvido

Consignar en mi cabeza de una vez
No haberle tenido en  vida nunca
Tal vez cuando te des
una vueltita por el cielo
Ahí tendría consuelo retenerte

No teniendo acá ni un lenitivo
esperanzaba  como un cristo llegar
a un cielo con un nuevo despertar

Pero cuando me contó mi vecina
Que no quería morirse sola
Cambié de parecer y le llamé
El no sabía lo grave que estaba
Ni sabía que estaba en un hospital

Le pedí a mi vecina de sala
me hiciera el favor de llamarle
Lo hizo, y ansiosa le pregunté
¿Qué te dijo?  y ella respondió:

- Ya sé que está allí –eso dijo-
¡SALÚDALA DE MI PARTE! –y colgó-

¡Cómo ha podido decir eso!
¡Eso aligeró mi última hora!



XXVI

¿Qué dirá cuando se entere de mi muerte?
¡Casi lo adivino casi despacito creo oírle!

Zeli estás fría, bueno, siempre has sido así,
Exangüe tu pulso pero hoy, ¡estás helada!

Sobre la mesa de cadáveres coincidiremos
Las de afanes diversos pero suerte iguales

Silente voz, hueca e imprecisa expresión
unas, en otras atisbo de lucha hasta el final

Luciremos unas el rictus  ser abandonadas;
El amor que nos cogió en orfandad nos dejó

¿Qué dirá cuando se entere de mi muerte?
¡Casi lo adivino casi despacito creo oírle!

Haberte olvidado,  no me perdonaré nunca
Abortará quebrado a la mesa de autopsia
                              
*

Llegará tal vez mañana Ofelia a su oficina
Ya le arranqué la promesa que así lo haría

Si esta noche cruzo el canal de penumbra
Donde mis padres muertos me llaman
Allí donde la muerte pierde su ruido (1)

Ay mi primita la hijita de papá
Que usaba uniforme vistoso
De un colegio privado de Lima
que tanto admiraba en silencio

Aunque lleva apellido de mi padre
Aunque lleva apellido de mi madre
no es mi hermana es mi prima
por el suceso infausto que cuento

Cuando  papá era almacenero
-es decir mi verdadero padre-
Cuando regentaba los gringos
las minas cerca de Morococha
eran éstos personas estrictas
y favorecedores de aquellos
que eran honestos y cumplidores

Porque siendo tal en la  mina
Papá nunca tuvo un desbalance
y por eso le pagaban bien
Con holgadas facilidades

En casa vivíamos  muy bien
Abarrotado de -y en  todo -
Salíamos de visita a  pueblos
a compartir  nuestra bonanza

Comprar cosas en sus ferias
no escatimábamos el dinero

Le cedían la mayordomía
En sus fiestas y él aceptaba
Así de bueno era mi padre

Ya que vivíamos en el cielo
entre nubes y picos blancos
-otra cosa no se podía ver-
solíamos  bajar cada  semana
-o dejando una- a la capital
en su auto sedan Chevrolet

En verano a las playas
en julio a los circos
A Miraflores hacer  compras
para la fiesta navideña

Un día -a  espera del lamento-
Yo, niña, sentada atrás del auto
veía traslucir la vida boyante
en las caras felices de mis padres
Lo notaba en su versar alegre
Y hasta en su forma de mirar
                
Venían a Lima a un matrimonio
-cosas  de la vida
se casaba el hermano de papá
con la hermana menor de mamá-

El auto se volcó
por un desfiladero
Íbamos solo los tres
Mis padres murieron
yo pude salvarme
-iba atrás atada
A la correa de seguridad-

Pero para qué
me lo pregunté mil veces
La vida me ajó el destino
Ahí la muerte empezó inocular
Su absceso entre mis huesos
__
(1)V. Huidobro

*

Solía Ofelia
salir con su maletín de mano
Disque porque  visitadora médica
Y yo que pensaba representaba
A una cadena de laboratorios 
Cuando cierta mañana que iba
ayudar a la oficina de Amator
una chusma  apiñaba a la vereda
impedía casi pasar al peatón 
Por curiosa me introduje al corrillo
Y oh sorpresa, Ofelia mi prima
Con su voz gangosa de hombre
Ofrecía yerbas y aceite de lagarto
Curas milagrosas para los males

[La vida te da sorpresas oh oh
sorpresas te da la vida, ay, Dios]

Todo sale mal en nuestra familia
sufrimos cien años de orfandad

Y encima luego me dijo fresca:
Ese aceite no es del firme
Tiene un porcentaje mínimo
Mayormente es de pasta
Pero  no hace daño
Pues… de algo hay que vivir

*

Le advertí, si notaba temblar sus labios
Era indicio que dentro estaba la amante
La que no es su esposa ni nunca lo será
Porque ella tampoco le conoce cómo es

Validará mi prima que no estaba errada
Que no todo era febril fabulación

Y tocara la puerta pequeña del carport
traviesa como si na supiera –preguntara-
Si me había quedado con él estas noches
porque a la casa no llegaba a pernoctar

Después de parlamentos y oficios
propusiera  buscarme por los hospicios
y ha perspicaz encargo  pusiera atención
Si  la noticia le comprimía  el corazón
Y si no, no le dijera nada y se volviera
Y si sí,  animara buscarme en la morgue
donde quieta le voy a estar esperando
todo el tiempo que , en fin, ya no cuenta.

Quiero verle cómo le impactará mi faz
mis carnes que se pierden en el esqueleto
Tal vez le haga asquear y se doble
como si hubiese tomado agüita purgue

*

¿Qué dirá cuando se entere de mi muerte?
¡Casi lo adivino casi despacito creo oírle!

Con esa manera acompasada de hablar
Como si forzara a dos  golpes la línea
Formara así  alas a su verso aireante
que tanto me agradaba escucharle

Si fuera solo  su boca sería un santo
Pero él adentro era falso libidinoso
Patético  real cierto cuando se decía
Era un hombre muerto que camina

*

Heme pues a mí me ha tocado encontrarte
Rígida, desnuda hacia un lado tu cabeza
Como si no quisieras que te descubriera
Como si, dormida, irías  avivar mañana
buscar al mal amor que no te respondía

Haberte  relegado,  no me perdonaré nunca
Musa inspiradora ¿Qué haces aquí desnuda
sin los pliegues de tu halda vaporosa?
               
Rígida tu faz, tu mano amanse empuñada
Ha debido ser  este trance dura tu agonía

Zeli estás fría, bueno, siempre has sido así,
Exangüe tu pulso pero hoy, ¡estás helada!

¿Qué haces aquí tendida, lirio helado,
 si yo destinado era  navegar primero?
No necesitaba verte desnuda pa saber
cómo era ese cuerpo tuyo en mi querer

A la casa teja roja y verja blanca ¡vamos!
como solías pintar mientras te esperaba

Qué de mí, sin tu sonrisa que me labraba
Sin tu risa chavala, cantarina,  a mi ocurrencia

¿Por qué te has ido, Cheli, sin despedirte?
Tendríamos varios hijos como tú querías           
Recibiría denso riego la rosa de tu lozanía
Hasta fructificarte como  espiga cargada

*

Oferta tardía  ante mi impertérrito mutis
Daríame  ganas levantarme y tomarte  los pelos
Decirte ¿Esperabas mi muerte para ofrecerme?
¡Ah bandido fabulador! ¡No te creo  lo que decís!
¡Hacia el fondo de un abismo anda a gruñir!

Menos mal no te ibas a dar cuenta, mi pupila
vibraba y mi corazón hacía amagos  bombear

*

No se cuando cerré la última vez
La puerta de mi casa
y migré hacia el otro mundo
No afino cuándo   último sueño
Y el primero del radiante arcano
Tal vez era cuando ya no necesitaba
el balón de oxigeno de ayuda  que me
proveía gas a mis alveolos malogrados

Fue como si me despertara una luz potente
como el reflector de la mesa de cirugía
Me asusté en un primer momento
pero luego  la calidez y el lugar silente
me digo que era un mundo diferente

*

Y podía ascender sin ahogo, y ver
La llanura blanca de mis nevados
Las calles de mi barrio, el mercado
La casa de mi tía Rigoberta Panda
que en tiempo de clases me alojaba
-Vecina al colegio donde estudiaba
Ente ambos una larga explanada que
Alfombra  nieve era en diciembre
donde con mis amigas jugaba-

Hete ahí el esplendor de otros picos
La laguna que cambia de colores
Patos y  parihuanas en el remanso
El Rumor dulce de los carrascales

Solíamos de una loma cercana caer
sentadas en una manga-tela plástica 
directo hasta el patio de mi casa
entre el alborozo de mis amigas

Pero esta vez son sueños torcidos
Te miro Amator que  vas adelante
quiero alcanzarte
echar mi brazo a tu cuello
y rodar enlazados por la empinada

Pero en una curva tú me esquivas
y yo voy de frente a un abismo
que no tiene pie de caída
y levo como un copo de nieve
-¿diseño fractal divino?-
que se demora aterrizar
y cuando lo hace es en otro manto…



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