sábado, 25 de marzo de 2017

ZELI (Poemario) XXIV


POSTRIMERIA_UMBRAL

XXIV

¡Qué lindo es tu esposo…
Viene cada día a verte…
Suerte la tuya vecina!
Le dije amigablemente
A cófrade de infortunio

Entonces me aclaró:
¿Sabes...? Ya no es mi esposo
Ahora soy la ex
Si viene es porque  yo le he pedido
Es que… sabes
Tengo miedo morirme sola

Tengo cáncer, me detectaron hace un año
Con un alargue de vida de año y medio
Me preguntaba en ese momento
¿Si era o no,  regalo de Dios vivir ese sobre tiempo?

No sentía los primeros meses nada doloroso
Pero las últimas semanas  al llegar aquí, sí,
El mal se va desarrollando, empeorando
Solo queda llevarle de la mejor manera

Antes de internarme
Después de muchos años fui a verlo  
solo para contarle mi enfermedad

Cuando fui estaba solo nuevamente
Había defenestrado a  cuarta esposa
Cuando le llamé por el fono no le dije
Que estaba mal

Tenía arreglado bonito el departamento
Velas encendidas música suave champan
Preparó  pollo al sillao -cocina excelente-
Y le dije con cierta  picardía olvidada
Veo que tú esperabas otra cosa de mí

Tal vez –dijo él-  espero reconciliarme
con la mujer que jamás he olvidado

Perdona que te frustre la fiesta,  dije
-Y así como te  conté así se lo mandé-

Tengo cáncer, me detectaron hace un año
Irreversible es y la cinta masking débil es

Nublaba su mirada, sombrío pensaba
¿Por qué no me lo contaste? Preguntó
¡Para qué! Le dije desenvuelta
Si yo fui tu esposa número dos
Y se que vas por la número cinco

Supuse que de mí no te acordabas
Solo he venido  para que me ayudes,
No es mucho lo que te pido ¡Fíjate!
Hemos un hijo, nunca te pedí nada por él
Solo te pido que me ayudes, ahora…

¡No, dinero no! ¡Despreocúpate!
Sino cuando no pueda hablar o tenga miedo
o no pueda valerme por mi misma
quiero que  me ayudes a morir;
morir como quiero estar, al lado
de alguien a quién  amé tanto .



XXV

Había propuesto no decirle nada
No se enterara  nunca mi deceso
Ni quería me viera en este  estado
Porque ya no era la que era
Prefería la sombra del olvido

Consignar en mi cabeza de una vez
No haberle tenido en  vida nunca
tal vez
Allá  tendría consuelo…esperarle

No teniendo acá ni un lenitivo
esperanzaba  como un cristo llegar
a un cielo con un nuevo despertar

Pero cuando me contó mi vecina
Que no quería morirse sola
Cambié de parecer y le llamé
El no sabía lo grave que estaba
Ni sabía que estaba en un hospital

Le pedí a mi vecina de sala
me hiciera el favor de llamarle
Lo hizo, y ansiosa le pregunté
¿Qué te dijo?  y ella respondió:

- Ya sé que está allí –eso dijo-
¡Salúdala de mi parte! –y colgó-

¡Cómo ha podido decir eso!
¡Eso aligeró mi última hora!



 ZELI/ autor Jrosual/ Marzo 2017

No hay comentarios:

Publicar un comentario