miércoles, 3 de febrero de 2016

Todo en solo una mañana /V14/Q/



Aquella  mariposa nocturna amarrona da
Cuya alas desplegadas parecía un mapa
Volaba a  hora indebida por la casa serrana
Que le hizo inferir a mi hermana algo iba a pasar

Un rato después su hija, Jazmín, adolescente aun, le dice
¡Mama, voy a salir temprano a caminar con mis primas
 por alrededor del pueblo!

A la media hora volvió bañada de sangre  cara y  cuerpo
-¡Qué pasó hija!
-¡No sé mama, me vino por la nariz, así por así!
-¡No hables y ten calma, no te asustes!
Le inclinó un poco la cabeza y le echó agua sobre la nuca
Le detuvo  la hemorragia y la llevó a la única posta del pueblo
 donde le pusieron inyección y le administraron suero.

Cuando regresaron a la casa todo era un barullo
Mi madre, abuela de Jazmín, se había resbalado
dislocado el hombro y se quejaba  de dolor

Tenía un hombro hueco, vacío,- notó mi hermana-
¿Qué hago…qué hago? –pensaba, sola ella con sus hijas-
Una de las inquilinas de la casa,  dijo:

¡Llámenla a la Rumelia que entiende estas cosas!
-¿Y a la posta?
-En la posta no hay traumatólogo, le enviaran a Lima y va sufrir mucho

Fue a llamar a la Rumelia, ésta le dijo:
-No puedo, tengo que ir a misa
-¡Por amor de dios, es mi madre yo sé que usted es la única!
-¿No ve que ya estoy lista para ir  a misa? ¡No puedo!

Era día central de la fiesta del pueblo  y la misa principal del año
Motivo también por el cual mi hermana había llevado a mis padres

-Por favor doña Rumelia, mi mamá está que llora de dolor
-No puedo, tengo que ir a misa y ya estoy lista.

Entonces, mi hermana saca un fajo de dinero, lo florea, y le promete darle
Entonces Rumelia meneó un poco y dijo:
-Voy a ver  

Y la atendió y le hizo volver a su sitio el hombro a mamá

-Ahora descansaras mamá, ya no salgas
Pero mi madre sintiéndose mejor fue a escuchar la misa.

Terminado , la hacen bajar con cuidado las gradas del atrio de la iglesia, justo al frente donde hay un banco mi madre se sienta para poder observar la procesión alrededor de la plaza



¡Y la banca de madera se desploma al peso de mamá y se parte en dos!

Para levantarla fue difícil  habida cuenta del hombro herido que no se le podía tocar.

Menos mal no hubo mayores daños que lamentar, y regresaron a casa contando las peripecias de la mañana.

Mi padre, en el cortejo, regresaba a casa solo para beber algún refresco y volver a la plaza  para oír el discurso de orden de las autoridades y observar la ceremonia del desfile patrio.

Abre el grifo para refrescarse  por el calor serrano y la manivela del caño se desprende  disparada al aire junto a la eyección del agua  que le moja todo el terno nuevo.



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