martes, 23 de febrero de 2016

Carta del adiós



Cruzaré llorando el jardín húmedo del rocío
Cargando tu recuerdo, tu sonrisa, pensando en ti
Una luz que me alumbre, una voz que se impregna en mi oído,
un te quiero, tuyo
Una caricia que me endose  el viento y una pena: el adiós
Tu adiós mató mi ilusión, me hirió hondo y supura la herida,
pienso, no cicatrizará más
A pesar, no te guardo rencor, solo siento dolor
 Quise amar de verdad y pronto hallé la falsedad
Nunca volveré amar...
Me lo prometo firmemente
Aunque por ti hay aun en mi regazo harto  amor por ti
A pesar que mi corazón esté cubierto, no me doy cuenta, siento frío,
estoy desolada
¡Cómo hubiese querido  que me amaras, siquiera  la mitad de lo que te rindo!
¡Cómo quisiera que tus ojos no se hubieran encandilado por otra mujer!
¡Cómo quisiera saber, que será de mí, mañana, cuando tenga veinte años, por ejemplo!
¡Cómo quisiera que el tiempo volara y develará mi futuro!
Me dicen algunas amigas mayores: No tengo edad para  para amarte
¡Cómo, si el corazón me pesa de tanto quererte!
Me dicen que no debo salir contigo ¡Qué crueles son!
¡Cómo me impiden si eres la única persona que me comprendió
y con quién pasé los mejores momentos de mi vida!
Y luego de la consumación, recuerdo aquellas mañanas de intenso calor en nuestros jóvenes cuerpos, tendidos, entrelazados, vivíamos embelesados en nuestra cárcel de amor
Pero este orgullo maldito nos impide volver y nos impide seguir con miles de cosas bellas
Pero aun te quiero, aunque solo estoy sin ti
Pone atención al viento que entra por tu ventana alguna de estas noches y te diga:
Hay una niña-mujer  que no sabe vivir sin ti y está a punto de volverse loca ¡socórrela!
Es el invierno más grande que estoy viviendo No  se si alcanzaré ver de nuevo el sol
Si no me encuentras más, sino sabes más de mi o si te enteras de lo funesto
 Mira por el cuarto de tu ventana una noche clara y fresca entre la miríada de puntos en el cielo
Veras el racimo de estrellas que se asemejan más a mi
 La constelación que tenga más brío,  y, a pesar, te dará más mi luz
¡Que pena! Decidirte cambiar de casa, decidirte tener otra mujer en un barrio nuevo
A pesar, soy generosa: si la amas ruego a Dios que te ame también Amar es entregar la vida como  te he entregado
 No merece ocupar amor de otro hombre ese pequeño cubículo de mi pecho Estoy de luto
 Me gusta el vestido negro y en mi casa mis padres se preocupan por mí
¡Que se va hacer...! La suerte no está de mi lado Adiós, tuya  siempre.
*

Carta encontrado dentro de un  cuaderno viejo de mi sobrino dirigido a él por una compañera de su colegio – Y esto porque antes de ocupar este cuarto él vivió unos años allí y quedó olvidado una resma de cuadernos suyos-
 Hubiese sido interesante conocerla para que me dijera si fue su creación, o fue la suma de unos autores o  de dónde  la copió. Aunque no fuera de ella pero porque le gusta la lectura, le gusta escribir –bonita letra-  son calidades que mi sobrino debió valorar pero  la despreció.
De relancina, en mi familia ni en mi ascendencia  ni  descendencia no hay uno que le gusta la literatura, que le guste escribir ¡que triste sino!. Algunas veces en reuniones familiares leía un poema para la ocasión pero la chacota de mis sobrino se dejaba notar sobre todo de éste que decía , guaso, ya viene el tío con su testamento.




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