Cruzaré
llorando el jardín húmedo del rocío
Cargando
tu recuerdo, tu sonrisa, pensando en ti
Una
luz que me alumbre, una voz que se impregna en mi oído,
un te quiero, tuyo
Una
caricia que me endose el viento y una pena: el adiós
Tu adiós mató
mi ilusión, me hirió hondo y supura la herida,
pienso,
no cicatrizará más
A
pesar, no te guardo rencor, solo siento dolor
Quise amar de verdad y pronto hallé la
falsedad
Nunca volveré amar...
Me
lo prometo firmemente
Aunque
por ti hay aun en mi regazo harto amor por ti
A
pesar que mi corazón esté cubierto, no me doy cuenta, siento frío,
estoy
desolada
¡Cómo
hubiese querido que me amaras, siquiera la mitad de lo que te
rindo!
¡Cómo
quisiera que tus ojos no se hubieran encandilado por otra mujer!
¡Cómo
quisiera saber, que será de mí, mañana, cuando tenga veinte años, por ejemplo!
¡Cómo
quisiera que el tiempo volara y develará mi futuro!
Me
dicen algunas amigas mayores: No tengo edad para para amarte
¡Cómo,
si el corazón me pesa de tanto quererte!
Me
dicen que no debo salir contigo ¡Qué crueles son!
¡Cómo
me impiden si eres la única persona que me comprendió
y
con quién pasé los mejores momentos de mi vida!
Y
luego de la consumación, recuerdo
aquellas mañanas de intenso calor en nuestros jóvenes cuerpos,
tendidos, entrelazados, vivíamos embelesados en
nuestra cárcel de amor
Pero
este orgullo maldito nos impide volver y nos impide seguir con miles de cosas
bellas
Pero
aun te quiero, aunque solo estoy sin ti
Pone atención al
viento que entra por tu ventana alguna de estas noches y te diga:
Hay
una niña-mujer que no sabe vivir sin ti y está a punto
de volverse loca ¡socórrela!
Es
el invierno más grande que estoy viviendo No se si alcanzaré ver de nuevo
el sol
Si
no me encuentras más, sino sabes más de mi o si te enteras de lo funesto
Mira
por el cuarto de tu ventana una noche clara y fresca entre la miríada de
puntos en el cielo
Veras
el racimo de estrellas que se asemejan más a mi
La constelación que
tenga más brío, y, a pesar, te dará más mi luz
¡Que
pena! Decidirte cambiar de casa, decidirte tener otra mujer en un barrio nuevo
A
pesar, soy generosa: si la amas ruego a Dios que te ame también Amar
es entregar la vida como te he entregado
No
merece ocupar amor de otro hombre ese pequeño cubículo de
mi pecho Estoy de luto
Me
gusta el vestido negro y en mi casa mis padres se preocupan por mí
¡Que
se va hacer...! La suerte no está de mi lado Adiós, tuya siempre.
*
Carta
encontrado dentro de un cuaderno viejo
de mi sobrino dirigido a él por una compañera de su colegio – Y esto porque
antes de ocupar este cuarto él vivió unos años allí y quedó olvidado una resma
de cuadernos suyos-
Hubiese sido interesante conocerla para
que me dijera si fue su creación, o fue la suma de unos autores o de dónde
la copió. Aunque no fuera de ella pero porque le gusta la lectura, le
gusta escribir –bonita letra- son calidades
que mi sobrino debió valorar pero la
despreció.
De relancina,
en mi familia ni en mi ascendencia ni descendencia no hay uno que le gusta la
literatura, que le guste escribir ¡que triste sino!. Algunas veces en reuniones
familiares leía un poema para la ocasión pero la chacota de mis sobrino se
dejaba notar sobre todo de éste que decía , guaso, ya viene el tío con su testamento.
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