Cuando una mujer está
enamorada
verdaderamente enamorada
evidente es, pierde noción
del tiempo
la dirección donde iba o
regresaba
Incuestionable , torna dulce su mirar
melodía su forma de hablar
sus ojos dos pajarillos
asemejan
sus latidos interiores armonizan
al que tiene la suerte
poseerla
El, evidentemente, se sabe dueño
y si le corresponde de igual forma,
un paraíso el mundo les parecerá
y las vicisitudes soportable será
Se encontraron dentro del patio
Tal vez trabajaban en el mismo
edificio
en diferentes ambientes
Se dieron besitos en la
mejilla, y ella
le empezó a contarle sus
inquietudes
Luego, le anudaba su corbata
Sus dedos plisaba su
cabello
Se inclinaba hacia sus flancos,
(Supuse, tanteaba, cómo
mejor recibir el beso)
Mientras,
le hacia embelecos y no dejaba de hablar
le hacia embelecos y no dejaba de hablar
Su mejor sonrisa no dejaba mejorar
Su cabello largo, castaño, un poco sacudía
y tras el pabellón de su oreja lo recogía
y enseñaba su cuello desnudo
y níveo
(Tratando seducirle –yo,
especulaba)
Cuando una mujer está
enamorada
verdaderamente enamorada
evidente es, pierde noción
del tiempo
la dirección donde iba o
regresaba
Sin quitar mirada ni aminorar zalamería
Jugueteaba con el folder
manila que llevaba
Entonces, recordó que algo le urgía
hacer
Y antes de despedirse, (seguramente,
auguro)
Prometieron encontrarse hoy sábado
previo al Día de los enamorados
para la tarde, después del
trabajo
Y ella, por fin, desenvuelta, le estrechó hacia si
Y le estampó un apretado beso
sin importarle que el mundo
la viera
(entre ellos, yo, que hacía cola por una atención)
Y se fue corriendo como una niña feliz.
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