jueves, 29 de agosto de 2013

La gruta

Recostado a una tribuna de piedra, pasto y tierra apisonada, cobijado en la  falda de un cerro estaba, mirando el campo un partido de fútbol, allá, en el pueblo de mi padre. Otros como yo expectaban , además, había embajadas folclóricas que se arreglaban para actuar en el entretiempo Entonces decidí bajar porque vi a mi hermano reunido con sus amigos atrás del arco
Ahora, mi preocupación era cómo bajar. La loma era alta respecto al nivel del campo Decidí, por un flanco ; me encuentro   con una  especie de  pozo o cueva   cuya base es parte hueca por donde se  ve la luz  penetrar por la boca inferior,  e, incluso se ve el borde del grass del campo deportivo Decido bajar la áspera cueva
Y  he aquí que al bajar oigo una hermosa melodía  de flauta, violín y acordeón aunado a una voz varonil cadenciosa y armoniosa.
  Ayudado por la luz de la abertura, con cuidado salto  los alerones interiores de la gruta y logro descender, casi, librado el descenso.
Y la voz del canto acompañado del tambor, la flauta y el acordeón me acompaña, esplendente aunado por el hueco de la  gruta se oye ecualizada.
Luego, en la noche de ese mismo día,  me encuentro con la embajada folclórica en  las gradas del atrio de la iglesia en la plaza pueblo
Y a uno de ellos le comento que al bajar por la cueva me pareció magnifica  la interpretación en el entretiempo y preguntaba por el tema de   esa  bella canción y quien la cantaba.

-Nosotros no hemos cantado ni una sola canción  solo hicimos una representación teatral, me respondió.

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