viernes, 2 de agosto de 2013

El oído parlachin


No sé si decir  que ya me acostumbré al el oído chillón de mi oreja izquierda que bulle noche y día, aunque, más lo percibo en  el silencio          de la noche o una cena opíparo, o no.
Son años que tengo ese síndrome de oído parlanchín que me está cansado y he  decidido ir al Instituto Neurológico del jirón Ancash  para saber su causa.
Pero la noche de ayer   desperté asustado, oí, además, del zumbido
conocido, otro , lejano, como el sonido  previo a un temblor ( Antes de un temblor hay un silencio de los silencios  y luego viene ese sonido característico  donde los perros ladran ) Me levanté y dije: ahorita se mueve el piso.
Pero no se movió nada ni hubo aullido   pero el silbido extraño seguía y, repito, no era el que yo sufría .
Descartado el temblor ahora parecía como si a dos cuadras tratasen  arrancar el motor de un camión, entonces, me recogí de nuevo en la cama  no importando esta deducción.
 Pero entonces presumí: si no es un motor  de un carro ¿no será que el otro oído, el derecho, también está empezando a joder?  Me senté, abrupto,  en la cama, poniendo atención al zumbido extraño. Entonces colegí: el  otro oído también  me empieza a joder, y  muy apenado  con la almohada   prensado a la cabeza el murmullo me preocupaba.

Pero luego se silenció. Por la mañana descubrí que   el ruido extraño era  el motor nuevo de una bomba de agua  que, recién, mi cuñado ha instalado.

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