No sé si decir
que ya me acostumbré al el oído chillón de mi oreja izquierda que bulle
noche y día, aunque, más lo percibo en
el silencio de la noche o
una cena opíparo, o no.
Son años que tengo ese síndrome de oído parlanchín que
me está cansado y he decidido ir al Instituto
Neurológico del jirón Ancash para saber
su causa.
Pero la noche de ayer
desperté asustado, oí, además, del
zumbido
conocido, otro , lejano, como el sonido previo a un temblor ( Antes de un temblor hay
un silencio de los silencios y luego
viene ese sonido característico donde
los perros ladran ) Me levanté y dije: ahorita se mueve el piso.
Pero no se movió nada ni hubo aullido pero el silbido extraño seguía y, repito, no
era el que yo sufría .
Descartado el temblor ahora parecía como si a dos
cuadras tratasen arrancar el motor de un
camión, entonces, me recogí de nuevo en la cama
no importando esta deducción.
Pero entonces presumí:
si no es un motor de un carro ¿no será
que el otro oído, el derecho, también está empezando a joder? Me senté, abrupto, en la cama, poniendo atención al zumbido
extraño. Entonces colegí: el otro oído
también me empieza a joder, y muy apenado
con la almohada prensado a la cabeza el murmullo me preocupaba.
Pero luego se silenció. Por la mañana descubrí
que el ruido extraño era el motor nuevo de una bomba de agua que, recién, mi cuñado ha instalado.
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