domingo, 23 de febrero de 2014

Un cobrador de micro gringo


Laszlo nació en Hungría hace 28 años. Encorvado mide 1.98 metro de alto. Estuvo preso tres años en el Sarita Colonia por burrier . Detenido en 2008 en el aeropuerto Jorge Chávez por llevar un alijo de droga.
Libre, se casó con un peruana, ya tiene 3 hijos.Trabaja como cobrador de micro donde aprendió hablar grosería , a comer cebiche y fumar su cigarro lo cual no deja.
 El viejo barbado escuchó que le decía al chofer: Tu micro  tiene los mismos  colores de mi país. Se sorprendió al oírle lisuras . Cuando algún tramposo no quería pagar el pasaje completo ( le quería agarrar de cholito)  abonándole  solo 50 centavos  le salia la lisura a flor y los usuarios se reían de mal castellano,  gringo lisuriento como el  más verraco  de los barracones del Callao. Alguna señora  no cree que sea de otro país y sí que haya contraído una enfermedad de piel que le haya puesto blanco, pregunta ¿Usted es alvino, no? No, soy húngaro, responde. Otro le pregunta con burla : Usted ser americano USA,¿no?. Responde: Yo ser de Chota,  Cajamarca.
Cuando un micro de la competencia se chanta (se detiene exageradamente) delante del suyo Laszlo baja y le dice su vida al chófer demorón de adelante con su voz cavernosa a lo robocop  ¡Avanza tío, avanza concha tu …!
El viejo barbado  con quien hizo migas en el trayecto, ex profeso, éste, fue hasta el final de la ruta donde al  invitó al gringo  gaseosa y  galletas en el kiosko del paradero y recibió la siguiente confidencia:
En mi vida había mucha estupidez Mi papá me abandonó cuando tenía 14 años.  Antes de llegar al Perú estuve  6 años en España donde  está mi mamá. Cuando salí libre era verano y no tenía un centavo en el bolsillo. Me puse a vender con alguna propina que alguien, caritativa mente, me había dado, un dinerito, y me sugirió que vendiera chupetes en  caja de tecnopor. Vendía por la avenida Belaunde, Comas. Cuando el verano se fue, en una ferretería cargaba bolsas de cemento. Luego, fui mozo en Antojitos Chotanos, Los Olivos. Me decían PPK los comensales  por la temporada de elecciones que se vivía y por el parecido que tenía con  el candidato Pedro Pablo Kuciynsky. En ese restaurant conocí  a Rosario. Tuve pronto dos hijos. Mi suegro  tenía un couster me  metió ahí de cobrador. Salí de la línea de mi suegro porque la ruta era para dar hambre.  Me llevaron a otra ruta, a otro micro de cobrador , que no es ésta.
Interviene el chófer que se acerca y tercia: Este gringo es el de hueve Cuando me quedo dormido en la mañana toca con fuerza la puerta de mi casa y grita ¡Carajo,  yo necesito trabajar!
El viejo Barbado,  amigable mente, le pregunta :¿Hasta cuando piensas quedarte en el Perú?
-¡Hasta la tumba, tío! ¡Hasta la tumba!,responde seguro.


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