Ramón Castilla casó con Francisca Diez Canseco y de un
cuñado tuvo, con el correr de los años, una bisnieta llamada Jacobina Diez Canseco quién tuvo como prometido a Florencio de los Heros pero nunca se llegó a casar por causa de una viruela
que afectó a éste.
Florencio de los Heros por esta enfermedad quedó impotente y no quiso
casarse con Jacobina pero ella esperó que cambiara de opinión algún día que no
llegó porque murió Florencio quedándose soltera, vieja y virgen.
Como anécdota
habría que mencionar que Jacobina Diez
Canseco había comprado un tálamo nupcial fabricado en el Cuzco; y sus descendientes lo vendieron a un
coleccionista que se lo llevó a Londres donde es exhibida en un museo por el
hermoso acabado en el repujado.
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