sábado, 15 de febrero de 2014

Flaco Flax


Solía decir Flaco Flax, No es que sea débil, tengo energía para frenarla sino que no me decido. Pero ahora sí, ahora le pongo el alto, ¡que se ha creído! Eso pensaba mientras iba camino a la boutic donde  Sinforosa  le esperaba y ésta le había pedido por teléfono que en el día de la amistad,  le regalara algo, y él había aceptado.
Ahora iba rumiando  dispuesto definitivamente a  terminar   esa sangría. Porque Sinforosa  pedía  y pedía y no soltaba prenda.
 Cuando llegó a la puerta del bazar Sinforosa  estaba conversando con dos   amigas,  bonitas las dos, muy bonitas las tres, con ella.  Sinforosa finamente se excusó de ellas y se acercó a la vendedora del bazar a quien le susurró algo y ésta debajo del mostrador sacó una bolsa grande conteniendo algo  y se lo dio a Sinforosa que, salió a la puerta del local y le saludo afablemente a Flaco Flax.
Sinforosa abrió la bolsa y le enseñó sin sacar las prendas: era  unos  jeans
Le pareció a Flaco Flax que había en el fondo otras prendas Quiero ver,  dijo  sonriendo.
¡Que roche! Que dirán mis amigas No me hagas quedar mal, dijo  Sinforosa, además yo ya me lo probé Me queda bien. Te he estado esperando hace rato, más bien, agregó,  Págale a  la cajera.
¿Cuánto es?  Preguntó Flaco Flax  La vendedora de dice tanto es, le parece el monto el triple de lo que había pensado por lo que pide la factura.
 La factura  te lo llevo mañana querido Flax, interrumpió Sinforosa, y con un mohín susurrante ¿quieres?
Segundos decisivos Flaco Flax había ido, como otras veces,  con ganas de acabar  esa relación que le hacía ver como tonto, pero hoy  están las amigas de Sinforosa, cada quien hermosa, está la vendedora y cajera, y no quiere hacer escándalo. Paga.
Sinforosa se le acerca y le dice Eres un amor, y le da un beso en la mejilla  Mañana voy al consultorio  a eso de las siete (Flaco Flax es mecánico dental) Ahora si me disculpas flaquito, le dice Sinforosa con arrumaco:   con mis amigas nos vamos a una despedida (de soltera) pero mañana voy a eso de las siete y te voy ha recompensar.
 Flaco Flax, de regreso, solo, con el rabo entre las piernas, dice: No es que sea débil, tengo energía para frenarla sino que no me decido.
Y no se decidía varios años.


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