Solía decir Flaco Flax, No es que sea débil, tengo energía para frenarla sino que no me decido. Pero ahora sí, ahora le
pongo el alto, ¡que se ha creído! Eso pensaba mientras iba camino a la boutic
donde Sinforosa le esperaba y ésta le había pedido por
teléfono que en el día de la amistad, le
regalara algo, y él había aceptado.
Ahora iba rumiando dispuesto definitivamente a terminar
esa sangría. Porque Sinforosa pedía y pedía y no soltaba prenda.
Cuando llegó a la
puerta del bazar Sinforosa estaba conversando
con dos amigas, bonitas las dos, muy bonitas las tres, con
ella. Sinforosa finamente se excusó de
ellas y se acercó a la vendedora del bazar a quien le susurró algo y ésta
debajo del mostrador sacó una bolsa grande conteniendo algo y se lo dio a Sinforosa que, salió a la puerta
del local y le saludo afablemente a Flaco Flax.
Sinforosa abrió la bolsa y le enseñó sin sacar las prendas:
era unos jeans
Le pareció a Flaco Flax que había en el fondo otras prendas
Quiero ver, dijo
sonriendo.
¡Que roche! Que dirán
mis amigas No me hagas quedar mal, dijo
Sinforosa, además yo ya me lo probé
Me queda bien. Te he estado esperando
hace rato, más bien, agregó, Págale a la cajera.
¿Cuánto es? Preguntó Flaco Flax La vendedora de dice tanto es, le parece el
monto el triple de lo que había pensado por lo que pide la factura.
La factura te lo llevo mañana querido Flax, interrumpió
Sinforosa, y con un mohín susurrante ¿quieres?
Segundos decisivos Flaco Flax había ido, como otras
veces, con ganas de acabar esa relación que le hacía ver como tonto,
pero hoy están las amigas de Sinforosa, cada
quien hermosa, está la vendedora y cajera, y no quiere hacer escándalo. Paga.
Sinforosa se le acerca y le dice Eres un amor, y le da un beso en la mejilla Mañana
voy al consultorio a eso de las siete
(Flaco Flax es mecánico dental) Ahora si me
disculpas flaquito, le dice Sinforosa con arrumaco: con mis amigas nos vamos a una despedida
(de soltera) pero mañana voy a eso de las siete y te voy ha recompensar.
Flaco Flax, de
regreso, solo, con el rabo entre las piernas, dice: No es que sea débil, tengo energía para frenarla sino que no me decido.
Y no se decidía varios años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario