Mi cancionero, un cuaderno en espiral
escrito a pulso virgen hace tantos años
lo tengo vivo de nuevo en mis manos
( Hombre raro el tipo que soy
antes de inflamarme aprehender
la cintura breve de mi ex vecina,
aquella que me quitó el sueño,
su antiguo block se alegra recobrar)
La grafía me sorprende, la mantengo,
pero ¡ay! si se invirtiera la apreciación,
¡Cuánto enteraríase que yo he cambiado!
No se ve bien la letra de las canciones
culpable la inundación a mi casa vieja
hace tantos años, después de mudarme (1)
había dejado mis iníciales cuadernos
encajonadas en un cuarto sellado
Me avisaron que el agua salía a la calle
la válvula del tanque había colapsado
desperdiciados mis cuadernos de apunte
se hubiese caído el techo, mejor, y no ésto
Se me ocurrió recoger este ridé cancionero (2)
En su carátula se lee inicio Octubre 1970
Una nota apenas visible en una esquina
al lado del tema Recuerdo de Ypacaraí:
Grabé con mi voz a un casset –mes y año-
Voz mía por alguna decepción seguramente
en una cinta, también, dado por perdida
pa cantante era inútil, por fin, comprendí
Ay, si pudiera este cancionero hablar
Si la ilusión de allá pudiera recobrar
en sus hojas impresas hay lágrimas
dedicatorias para fulana, mengana...
corazones flechados, en el fluit de agua
Hoy se deshace al tacto de mis dedos
la humedad del tiempo lo ha dañado
trasvasar a otro cuaderno me propongo
más que nada , hallar en sus canciones
alguna dedicatoria a un amor olvidado.
Pregunto ¡Sino, quién lo haría por mi?
(1) a Las Gardenias, norte de Lima.
Nota, este trabajo hecho mas o menos
en el 2000, antes de vender la casa vieja.
(2) ridé de rider : arrugado, en francés
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