Por el bosque de guayacanes soñé caminar
Aroma de bosque seco inhalaba
Zumbido de abejas, vestido en amarillo fiesta
las flores alborotaba
Del templo de ceibos y zapotes opté salir
y llegar al borde del río Laguna
donde patos alabastros, ahora veía,
flamencos pico espátula…
No me cansaba verlos volar
y, así, de mi sueño,
no me quería despertar.

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