el padre iba a estrenar su auto nuevo
que un día antes la concesionaria le había traído
pidió a su mujer y a su niño salir
En el trayecto, en un grifo se detuvieron
Mientras los esposos bebían unas cervezas
(en el shopping) celebrando el momento
Habían dejado al niño de cinco años
dentro del auto con las puertas cerradas
qué, cansado de la espera
se puso garabatear el tapiz interior.
Cuando regresó el padre se enfureció
ver maltratado el panel de mando
y pegó con tal fuerza la manito del niño
que su mujer con fuerza tuvo que jalarle
para que no siguiera maltratándole
Lo Llevaron al hospital quedando internado.
Al día siguiente, el cirujano preocupado
por no poder restaurar el daño terrible
dijo a los padres:
Las venas colapsaron, no irrigan la sangre
por lo que habrá que amputarle la mano
e impedir la gangrena...
Luego de la delicada operación, el padre,
en la sala de reposo oyó a su niño decir
¡Papíto, papíto, entendí la
lección!
¡Nunca más volveré a
maltratar tu carro!
pero, papíto, devuelve mi
manito sanita
Dicen que el padre salió como loco de la sala
y quiso tirarse a las ruedas de un camión
por no saber contener los malos impulsos
(Adaptado de emisión radio evangélica)
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