el último día de clases, probablemente ,
aquél olvido su existencia pero al padre
le invade una emoción y desazón a la vez
En el fondo de su baúl la encontró
cuando buscaba recambio a la suya:
Pintas de plumones toda la prenda:
en su vida mayor deseos de éxito
de sus compañeros de colegio
con quienes anduvo cinco largos años,
números de orden, teléfonos, firmas
sobrenombres de harta rememoración
Lo tuvo guardado diez largos años
testimonio del joven aplicado que fue
anhelaba, cuando hecho profesional
en un domingo de calor hogareño,
tal vez, en algún cumpleaños de él
en presencia de su nuera y amigos
a modo de discurso de sobremesa
descubriera la vieja camisa pintada
agradeciera a dios su anhelo cumplido
y de refilón imbuyera a sus nietos
que también podían emular a su padre
La camisa de promoción que su hijo usó
el último día de clases, probablemente,
aquél olvido su existencia pero al padre
le invade una emoción y desazón a la vez
Esta tarde se ha propuesto desmancharlo
darle uso, además, porque no tenía que usar
¡Miente! solo quería desmontar esa ilusión
que la vida no le propinó endosar.
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