En mi casa no se da paz a los enchufes.
Las noches tornase perenne vigilia
interactuando mis jóvenes hijos,
-con otros- en su respectiva laptop
El pequeñin, dice, haciendo tarea
en la computadora vieja.
Y los que no tienen, exigiendo turno...
Mi mujer, viendo con mi hija televisión.
En mi casa no se da paz a los enchufes
Buena parte de la noche gastan energía
Y yo relegado, solo, en mi cuarto
-aun no tengo mi propia laptop-
Me acuesto temprano
para despertar temprano,
antes que amanesca
y poder coger la compu vieja
Desenchufando cargadores
apagando artefactos prendidos,
sigiloso, bajo la escalera
con mi cuaderno de notas,
manta polar en mi espalda...
y ¡ay de mi! encuentro a mi niño
tecleando la computadora
¡Se me adelantó...!
Seguro, también sufre la tiranía
de sus hermanos mayores.
¿Dónde estarán esos años de mi niñez
que mi padre apagaba la vela a las ocho
y no había más ruido en casa,
solo los gatos maullando en el techo
hasta el rayano del nuevo día?
Así como la casa mía, pienso,
será la de muchos:
La vida noctambula no es tanto en la calle,
sino dentro de casa.
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