jueves, 28 de enero de 2016

De otros trojes/BALADA DE LOS OCIOSOS DEL CAMPO



Están sentados, mirando.
Sin hacer nada.

Tienen veinte, treinta años.
Y están sentados, mirando.

¿Qué miran?
No miran nada.
¿Qué escuchan?
No escuchan nada.
¿De qué hablan, cuando hablan,
sin hacer nada?
La pereza les ha puesto
su soledad en la cara;
Y el tener quieta la frente
Y siempre flojas las manos,
ese fijo
trozo de piedra en la cara.

No hay diarios.  Y las ondas
del mundo apenas les llegan.
Y si les llegan, no escuchan.
Y si escuchan, no oyen nada.

Son menos que los caballos
y esas vacas
que pacen juntos y miran
el río de cuando en cuando,
que relinchan  y que mugen
de cuando en cuando.

Son menos que las ovejas
que balan,
que el picaflor que les liba
las flores,
que el molino que les sube
el agua,
que esos ladrones que pasan
y les roban  los frutales,
Son menos que los ladrones
que pasan.

Siguen sentados, mirando.
Sin hacer nada.

Otras manos
Ya se cansaron por ellos.
Y ellos, ahora, descansan.

Sentados , ellos descansan.



 Rafael Alberti

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