En
los últimos años de su vida, Corot, el gran pintor impresionista francés,
lograba por sus cuadros precios tan elevados que unos pintores pobres y jóvenes
inventaba la industria de falsificar Corots
de la primera época y venderlos como auténticos. Cierto día se ofrecieron a un
comerciante de objetos de arte dos de tales Corots primitivos, cuya
autenticidad le parecía dudosa. Entonces ese “Marchant d`art” tuvo una
ocurrencia muy natural. Se dijo para sus adentros: es muy fácil comprobar si
esos dos cuadros han sido pintado por Corot o no. Hay un hombre en el mundo que
tiene que saberlo: y es el maestro Corot mismo.
Tomó
su sombrero, fue a ver al anciano maestro y le mostró los dos cuadros. Corot menó
la cabeza, miró largo tiempo las telas y dijo finalmente:
Puede
ser que sean mías, puede que no lo sean. He pintado tantísimos cuadros y ha pasado
tanto tiempo desde que pinté de esa manera, que yo mismo no lo sé.
Stefan
Zweig/Los creadores
Comentario:
La inspiración
para un artista es un arrobamiento único y celestial, que el mismo artista muchas veces no se da cuenta que lo que hizo
es suyo.
Jean
Baptiste Corot (1796-1875) fue un pintor paisajista francés. Por ejemplo, ese
paisaje de las orillas del lago de Ginebra que tengo una copia en mis manos me
gusta; hubiese querido pertenecer a ese tiempo. Se distinguió Corot por la
luminosa, serenidad de su pintura, y más tarde por el encanto poético y la
velada luz de sus brumas plateadas .
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