El escritor austriaco Stefan Zweig, en su novela
de 1942 Novela de ajedrez, narra las especializaciones
arcanas que han creado los tecnócrata que
son incapaces de cuestionar los sistemas
a los que sirve, así como a la sociedad que estúpidamente les venera. En esa novela Mir Czentovic, el campeón
mundial de ajedrez, representa al tecnócrata. Su energía mental se invierte únicamente
en las 64 casillas del tablero de ajedrez.
Aparte
del juego, es un memo, un monomaniaco
como todos los monomaniacos que escarba
como las termitas en su propio y particular materia para construir, en miniatura,
una imagen del mundo extraña y totalmente
individual. Cuando Czentovic detecta una persona instruida se mete en su caparazón
de esa forma , nadie podrá alardear nunca de haberle oído decir alguna estupidez o de haber sondeado las profundidad de su
ignorancia aparentemente ilimitada
Stefan
Zweig que lamentaba profundamente que el fascismo y la burocracia moderna se
hubieran devorado la amplia cultura liberal de la Europa educada, advierte de
lo absurdo y del peligro de un planeta dirigido por tecnócratas. Para él, el auge
de la era industrial y del hombre y la mujer industrial es una metamorfosis terrorífica
de la relación de los seres humanos con el mundo. Al igual que los especialistas
y los burócratas, los seres humanos se convierte en herramientas capaces de
hacer que sistemas de explotación e incluso de terror funcionen eficientemente
sin el más mínimo sentido de responsabilidad o entendimiento personal. Se repliegan al lenguaje arcano de todos los especialistas enmascarados en lo que están haciendo y dar a
su trabajo un barniz cínico depurado.
Zweig
, horrorizado ante un mundo regido por tecnócratas, se suicidó junto a su esposa
en 1942. Era consciente de que a partir de ese momento en adelante, los
Czentovics al servicio de la las monstruosidades estatales y corporativa sería glorificados.
Chris
Hedges
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