martes, 9 de junio de 2015

La novia del viento





La compositora musical Alma Schindler de Mahler conoce al pintor Oskar Kokoschka en 1912, un año después de la muerte de Mahler con quién tuvo dos hijas.
A lo largo de sus relaciones, Alma siempre tuvo la capacidad  de hacer a lo hombres dependientes de su fuerza. “Si usas la fuerza de su alma y la belleza de su cuerpo, serás la razón de mi vida”, le escribe Kokoschka . Finalmente, Alma lo abandona pues se siente abrumada por la energía del pintor. Volvería con el arquitecto Walter Gropius para casarse con él. Luego se casaría con el escritor de origen checo Franz Werfel. Finalmente se iría a vivir a Los Ángeles donde incordió  a Thomas Mann. Pero esa es otra historia.
Kokoschka en cambio no se resigna. En 1918 encarga al famoso fabricante de Munich Hermione Moss una muñeca de tamaño natural que se parecía  a su amada. Cuando recibe el encargo, de pelo castaño y largo, lo sienta en su sala. Con frecuencia hace reuniones  con  sus amigos y les presenta a la muñeca en un sofá, como la dueña de casa. Es Alma, la novia del viento
Finalmente, decide acabar son su obsesión. Hace una gran fiesta de despedida para la muñeca. Esa noche la lleva al jardín y la decapita.
Kokoschka vivirá muchos  años más. Hasta 1980. Pero no se libraría de Alma. El viento sigue aprisionado y corre en su pintura

Alonso Cueto

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