miércoles, 10 de junio de 2015

Poemas revisados de Jrosual: El tren eléctrico




El tren eléctrico

Mi abuelo Juan duerme en el Presbítero Maestro
Estos últimos días no puede conciliar su sueño:
Sonido estridente, único, como algo que se desinfla
Abrir y  cerrar de puertas,   chirriar de  frenos, oye;

Con su mujer, esta noche, han decidido ver qué es
Noche, víspera de San Juan, víspera  de aniversario
Fecha que hizo suya (no sabía día de su onomástico)

sentados en las gradas de la Cripta de los Héroes
ven cruzar un tren por  alto como oruga gigante
dice, su mujer, sempiterna con su cola de caballo,:

- ¡Fíjate, un tranvía sobre nuestras cabezas!
¿Quién iba imaginar cruzando por Maravillas? (1)
Largo  como el de Cinco Esquinas  (2) en que íbamos

-¡Bruta como siempre! ¡Ese era un tranvía, éste es tren!
Responde su marido, el malhumorado  abuelo Juan

-¡Pero no bota humo! ¡Es un tranvía, solo que es más largo!
Cuestiona su mujer que no piensa perder, como siempre

-Discutir contigo Julia ¡Ay!  ¡Nunca das tu brazo a torcer!
Rendido el abuelo Juan se pregunta a si mismo:

-¿A quién diablo se le habrá ocurrido construir?
A nosotros ni siquiera nos han llamado  a consulta,
Molesta nuestro sueño, ruidos, luces,  estética fea
¡Cómo se le ocurre construir sobre  nuestras cabezas!

-¡Viejo!, además hay  una escalera cerca de la puerta
¿Nos habrán dejado  un vagón disponible para nosotros?
Viajan de noche también ¿No nos miraran por la ventana?

-No, nosotros vamos  en otra frecuencia,  nos dijo Anubis (3)
Aclara, el abuelo Juan, quién exaltado alaba el progreso:
¡Cómo adelanta la ciencia carajo! ¡Quién iba imaginar!
¡Razón, no nos dejaban en paz desde hace tres años!
Taladros, cargadores frontales, rodillos, mezcladoras
Día y  noche trabajaban con sus potentes reflectores

-¿Qué más habrá de adelanto en Lima?,  pregunta Julia,
Que como toda mujer, curiosa, quiera avistar por la puerta

-¡Ni lo pienses, dice Juan, el juez Anubis, el de cordón de plata
No nos permite ir mas allá de la cripta: minutos, y de noche

-Voy preocupada, viejo, si bien ocupamos nichos perpetuos,
En el tiempo, cuando  no estén nuestros hijos a reclamar
Demuelan el cementerio como han hecho con La Pólvora (4),
Cremen nuestros restos como hicieron a la prima Guillerma,
E instalen condominios, parques y tiendas comerciales …

-Tal vez, con los cuarteles quinto, sexto pero no bajaran aquí
Dice, seguro, Juan, serenando a su mujer, como siempre,
Estamos cerca de la cripta que es monumento nacional,
Menos mal nuestros hijos, nos pusieron a buen recaudo

-¿Qué será de Teo?, no sabemos, no nos dan permiso a volar
Solo nos dieron licencia el primer año en que sabíamos todo,
Extraña doña Julia, amorosa, como siempre, con sus hijos,
Ora en el tren, podríamos visitarle, paradero diez, Las Flores

-Migidonio, quién acaba de llegar nos puso al tanto de Teo,
Informa Juan, sobre el reciente fallecer de su sobrino carnal
Le pregunté sobre el tren y me cuenta que ahora para robar
Hacen obras, exigen porcentaje de la partida los corruptos;
Secan lagunas por extraer oro y se lo dan a los extranjeros

-Viejo, ¿Has tenido cara para entrevistarte con Migidonio?
Protesta Julia empalideciéndose  más de lo que se muestra

-El me buscó, fue lo primero que hizo y me pidió perdón
¡No estamos para amargarnos la vida aquí también!, dice Juan

-¡Lo que yo, ni la tos! ¡No quiero saber nada de ese desgraciado!
¿No te acuerdas? ¿Por su culpa abandonamos nuestra tierra,
Venimos a Lima  por el juico que nos dio, desconociéndonos,
Queriendo quedarse con todas las chacras de papá  Hilarión?
Perdimos dinero, casas, animales, en tantos años de juicio

-¡Pero eso ya pasó Julia! ¿A qué lleva que reniegues ahora?
-¡Me has amargado viejo, quédate si quieres, yo me voy!
 ---
(1) Una de las puertas del antiguo cercado de Lima
(2)Ultima estación de la vía de tranvía Callao-Lima que dejó
de funcionar en la década de los sesenta
 (3) Dios de los muertos
(4) Cuartel vecino demolido para dar paso a una tienda por departamentos


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