El tren eléctrico
Mi abuelo Juan duerme en el
Presbítero Maestro
Estos últimos días no puede
conciliar su sueño:
Sonido estridente, único,
como algo que se desinfla
Abrir y cerrar de puertas, chirriar de
frenos, oye;
Con su mujer, esta noche, han
decidido ver qué es
Noche, víspera de San Juan,
víspera de aniversario
Fecha que hizo suya (no sabía
día de su onomástico)
sentados en las gradas de la Cripta de los Héroes
ven cruzar un tren por alto como oruga gigante
dice, su mujer, sempiterna con
su cola de caballo,:
- ¡Fíjate, un tranvía sobre
nuestras cabezas!
¿Quién iba imaginar cruzando
por Maravillas? (1)
Largo como el de Cinco Esquinas (2) en que íbamos
-¡Bruta como siempre! ¡Ese
era un tranvía, éste es tren!
Responde su marido, el
malhumorado abuelo Juan
-¡Pero no bota humo! ¡Es un
tranvía, solo que es más largo!
Cuestiona su mujer que no
piensa perder, como siempre
-Discutir contigo Julia ¡Ay! ¡Nunca das tu brazo a torcer!
Rendido el abuelo Juan se pregunta
a si mismo:
-¿A quién diablo se le habrá
ocurrido construir?
A nosotros ni siquiera nos
han llamado a consulta,
Molesta nuestro sueño,
ruidos, luces, estética fea
¡Cómo se le ocurre construir
sobre nuestras cabezas!
-¡Viejo!, además hay una escalera cerca de la puerta
¿Nos habrán dejado un vagón disponible para nosotros?
Viajan de noche también ¿No
nos miraran por la ventana?
-No, nosotros vamos en otra frecuencia, nos dijo Anubis (3)
Aclara, el abuelo Juan, quién exaltado alaba el progreso:
¡Cómo adelanta la ciencia
carajo! ¡Quién iba imaginar!
¡Razón, no nos dejaban en paz
desde hace tres años!
Taladros, cargadores
frontales, rodillos, mezcladoras
Día y noche trabajaban con sus potentes reflectores
-¿Qué más habrá de adelanto
en Lima?, pregunta Julia,
Que como toda mujer, curiosa,
quiera avistar por la puerta
-¡Ni lo pienses, dice Juan,
el juez Anubis, el de cordón de plata
No nos permite ir mas allá de
la cripta: minutos, y de noche
-Voy preocupada, viejo, si
bien ocupamos nichos perpetuos,
En el tiempo, cuando no estén nuestros hijos a reclamar
Demuelan el cementerio como
han hecho con La Pólvora (4),
Cremen nuestros restos como
hicieron a la prima Guillerma,
E instalen condominios,
parques y tiendas comerciales …
-Tal vez, con los cuarteles
quinto, sexto pero no bajaran aquí
Dice, seguro, Juan, serenando
a su mujer, como siempre,
Estamos cerca de la cripta
que es monumento nacional,
Menos mal nuestros hijos, nos
pusieron a buen recaudo
-¿Qué será de Teo?, no
sabemos, no nos dan permiso a volar
Solo nos dieron licencia el
primer año en que sabíamos todo,
Extraña doña Julia, amorosa, como
siempre, con sus hijos,
Ora en el tren, podríamos visitarle,
paradero diez, Las Flores
-Migidonio, quién acaba de
llegar nos puso al tanto de Teo,
Informa Juan, sobre el reciente
fallecer de su sobrino carnal
Le pregunté sobre el tren y
me cuenta que ahora para robar
Hacen obras, exigen
porcentaje de la partida los corruptos;
Secan lagunas por extraer oro
y se lo dan a los extranjeros
-Viejo, ¿Has tenido cara para
entrevistarte con Migidonio?
Protesta Julia
empalideciéndose más de lo que se
muestra
-El me buscó, fue lo primero
que hizo y me pidió perdón
¡No estamos para amargarnos
la vida aquí también!, dice Juan
-¡Lo que yo, ni la tos! ¡No
quiero saber nada de ese desgraciado!
¿No te acuerdas? ¿Por su
culpa abandonamos nuestra tierra,
Venimos a Lima por el juico que nos dio, desconociéndonos,
Queriendo quedarse con todas las
chacras de papá Hilarión?
Perdimos dinero, casas,
animales, en tantos años de juicio
-¡Pero eso ya pasó Julia! ¿A
qué lleva que reniegues ahora?
-¡Me has amargado viejo,
quédate si quieres, yo me voy!
---
(1) Una de las puertas del
antiguo cercado de Lima
(2)Ultima estación de la vía
de tranvía Callao-Lima que dejó
de funcionar en la década de
los sesenta
(3) Dios de los muertos
(4) Cuartel vecino demolido
para dar paso a una tienda por departamentos
No hay comentarios:
Publicar un comentario