Me
sentía incapaz de llevar a cabo la
misión que Frank Fiorini(1) me había encomendado. No iba a matar a Fidel castro,
no fallé, como otros cientos que lo intentaron después. Sencillamente, fui incapaz y no me arrepiento,
explica Marita Lorenz, contratado por la CIA para asesinar a Fidel castro…
Cuando
en la habitación del hotel Habana Libre,
que solía compartí con Castro, abrió el bote de crema (veneno) comprobó que las
pastillas se habían desintegrado y solo quedaba una masa pastosa del arma que
debía de acabar con la vida del líder de movimiento 26 de julio, lo tiré por el
bidé…
Conoció
a Castro en la Habana en febrero de 1959 cuando ella tenía 19 años y el 33
Me convertí
en su amante y quedé embarazada. En Cuba fui drogada y forzada a lo que
calificaron como un aborto. Décadas más tarde supe que mi hijo había sobrevivido
y se llamaba Andrés, dice.
Contratapa
del libro Yo fui la espía que amó al Comandante que será
publicado por el grupo Planeta
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(1)
en realidad Frank Sturgis, condenado luego por el Watergate
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