La
resistencia como señala Alexander Berkman , consiste primero en aprender a hablar
de forma diferente y abandonar el vocabulario de los tecnócratas “racionales”
que nos gobiernan. Una vez que descubramos
nuevas palabras e ideas a través de las que
percibir y explicar la realidad nos liberaremos a nosotros mismo del capitalino
neoliberal, que funciona, como una
religión de estado. La resistencia se
llevará a cabo fuera de los límites de
la cultura popular y del mundo académico, donde le peso entorpecedor de la ideología dominante restringe la creatividad
y el pensamiento independiente.
Como
el capitalismo global se desintegra, la herejía que nuestros amos corporativos temen va ganando adeptos. Pero esa herejía no será eficaz hasta que se divorcie de la manía de la esperanza,
que es parte sencilla de adoctrinamiento corporativo. El ridículo positivismo,
la creencia de que nos dirigimos hacia algún futuro glorioso, desafía la realidad.
La esperanza, es este sentido, es un forma
de quitarnos poder
No hay
nada inevitable ni la existencia misma, excepto el nacimiento y la muerte. No hay
fuerzas, ni divinas ni técnicas, que nos garanticen un futuro mejor. Cuando desistamos
de las falsas esperanzas, cuando veamos la historia y la naturaleza humana, como lo que son, cuando
aceptemos que el progreso no está predeterminado, entonces será cuando podamos actuar
con la urgencia y pasión de los que comprende las sombrías posibilidad que tenemos
delante.
Articulo
de Chris Hedges
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