El responsero
Aquel hombre va enamorado de
una joven
cuitas descubiertas por el padre de ella
éste le carea un día, a su hija, sola:
¿Qué profesión tiene?, mordaz,
pregunta
Ella calla. Pero el padre sabe a qué se dedica
Y balbucea despectivamente:
¡Orador de discursos fúnebres!
¡Un responsero!
¿Es eso una profesión? ¿Con eso se gana la vida?
¿Con eso, piensa, mantenerte?
Y sentencia:
¡Es un pobre imbécil!
Otro día, el responsero se
presenta en la casa
Con su enamorada se
entrevista
Sentados en el sofá de la
sala
ella observa con rigor a su
pareja
En silencio le cuestiona;
el joven se siente auscultado
Y con la baja estima, baja
también sus ojos
Le da valor a ella a
consolidar su observación:
Rompe el silencio:
Exige que se levante, y el
responsero se levanta
¡Arrodíllate!, le exige Y el
orador se arrodilla
¡Lámeme el tobillo!
Y él, creyendo un antojo de ella, lo besa
¡Te he dicho que lo lamas, no
que lo beses!
Y él lo lame
Ella, convencida, le aparta y le dice
desparpajadamente:
-¡Mi papá tiene razón, eres
un pobre imbécil!
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(De película De fosa en fosa,
de Jan Cvitkovil ,Eslovenia, 1967)
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