El artista podrá estar protegido, si solo concerva
su arte ante punzado mazo que el destino propina
saliendo de la maraña, airoso, diciendo:
< En mi trabajo reflejaré amor, calaré hondo, vertiendo
en el prójimo que tuviera paciencia necesaria
observar/ escuchar/ leerme
Y no considerarme iluminado
sino comprendiera, voy buscando
perfección que nunca alcanzaré
pero, mi esfuerzo constante
mejorará mi producción
(como cualquier persona que se afana em algo)
conoceré mas el oficio, me motivará mas
Qué, sepa además:
El artista no es un ermitaño
que viva en la urna de una montaña
Necesita convivir en sus congéneres
rescatar colores, bríos
que éstos siembran pero no ven
Sentir la queja, dolor de ellos y hacerlos suyos
Y en su molde esculpir su obra de arte
El artista recibirá con modestia honores
sin caer nunca en la soberbia
hipotecará, si es posible,
la tranquilidad de su hogar
por perseguir un ideal
y enrumbar con su organillo
las frías húmedas calles
recogiendo nuevas experiencias
para que, con sus pinceles
matice los colores idóneos >
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