miércoles, 14 de diciembre de 2011

Compañero de naufragio

La Desgracia no viene sola. Ayer me tocó su mano helada
y presiento que mañana o pasado vendrá su Hermana Mayor
Esta, me hace mirar el suelo como si me jalara del flequillo
y me mantiene cabizbajo, casi siempre
¿Porqué tengo la obsesión de pensar lo mismo.
sabiendo, que me deprime el día, la tarde, la noche?
¿Porqué esta duda de recibir  conmiseración de alguien,
sabiendo,  muy bien, que nadie me la dará?
¿Porqué miro con insistencia esa navaja abierta
al borde de la cómoda donde apoyo mi antebrazo?
¡Controlate, por Dios! ¡Que vas hacer! , reacciono
y corro a la ducha a refrescar mis nervios

No hay nada más, todos los días lo mismo
la misma rutina de escuchar  reprensiones
exigencias de los mios y de la Hermana Mayor
Sin tener un compañero de naufragio que aligere,
que aminore mi carga o la sea llevadera
Cuadrícula de mi ser sin coraje para revertir.
Suicida fracasado que lleva el estigma  no hacerlo
Mi vida es como un río de escasa agua
que desciende del pico expuesto al calentamiento
y se va muriendo antes de llegar al mar
formando resquebrejaduras en la pampa
como las grietas de mi interior
Pienso, va siendo menos el porcentaje de vida
que debería recoger  mi sueño pero no lo hace
Es mas alto el porcentaje dedicado al deber
a la inquietud, al desamor, al desprecio,
qué, ya, me olvidé el objeto de la vida
¿Porqué miro con insistencia esa navaja abierta,
al borde de la cómoda donde apoyo mi antebrazo?
¡Controlate, por Dios! ¡que vas hacer¡ reacciono
y corro a la calle para que la brisa me alivie.

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