jueves, 30 de noviembre de 2017

"Muramos juntos"

Tokio, 1 nov (EFE).- El hombre detenido tras el hallazgo de nueve cadáveres desmembrados en su apartamento al sur de Tokio ha admitido los asesinatos, que comenzó a perpetrar a finales de agosto cuando se mudó al piso, informaron hoy los medios nipones.

Takahiro Shiraishi, de 27 años, reconoció ante la policía haber matado desde el pasado 22 de agosto a nueve personas, aparentemente ocho mujeres y un hombre, con quienes contactó a través de Twitter y a los que atrajo a su vivienda de Zama, en la prefectura de Kanagawa, con ofertas para ayudarles a morir.

El detenido admitió que entre sus víctimas se encontraban varias adolescentes y la pareja de una de las mujeres a la que había matado con anterioridad, quien se puso en contacto con él tras la desaparición de su novia, detalló hoy Kyodo.

El robo de dinero fue una de las razones que motivaron los asesinatos -en una ocasión se hizo con 500.000 yenes (3.775 euros/4.400 dólares)- y también engañar a algunas de las mujeres con el propósito de abusar sexualmente de ellas, según Kyodo.

Las autoridades encontraron los restos humanos en la vivienda de Shiraishi mientras investigaban la desaparición de una joven de 23 años de Tokio, cuyo cadáver estaría entre los restos hallados.

La mujer publicó a finales de septiembre un mensaje en la popular red social en el que buscaba a alguien con quien quitarse la vida, al que el sospechoso contestó con un "Muramos juntos", según datos de la investigación recogidos por la agencia local.

Imágenes captadas por las cámaras de seguridad en la estación de cercanías tokiota de Hachioji muestran cómo ambos tomaron un tren con dirección al domicilio del sospechoso la semana pasada.

La policía, que irrumpió en el piso este lunes, halló allí las cabezas, miembros y otros restos humanos desmembrados, además de unos 240 huesos, dentro de cajas y neveras portátiles.

"No podía tirar (los cuerpos) por temor a ser atrapado", dijo el hombre a la policía en declaraciones recogidas por Kyodo.

Según explicó a la policía, al principio le llevaba tres días descuartizar un cadáver, pero a partir de la segunda persona "no tardaba más de un día".

El japonés desmembró los cuerpos en la bañera de su apartamento y tiró a la basura algunos restos, y las autoridades creen que empleó una sierra hallada en el escenario para realizar las mutilaciones.

Según fuentes cercanas a la investigación, la detención se produjo gracias al hermano de una de las víctimas, quien recabó información a través de Twitter usando la cuenta y contraseña de su hermana.

De este modo, dio con el nombre de una mujer que afirmó que conocía al hombre con el que hablaba su hermana y accedió a citarse con él en un lugar público bajo la vigilancia de la policía.

El hombre habría matado a una de las víctimas en agosto, a cuatro en septiembre y otras cuatro en octubre, todas ellas con edades comprendidas entre finales de la adolescencia y fin de la veintena.

Shiraishi permanece detenido como sospechoso de haber intentado deshacerse de los cadáveres, un cargo que presentan habitualmente las autoridades niponas mientras reúnen pruebas suficientes para iniciar una acusación por homicidio.

Anteriormente, el sospechoso ya había sido detenido por introducir a mujeres en un local donde eran forzadas a prostituirse en el distrito de Kabukicho en Tokio, detalló Asahi. EFE





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