Francisca
Lázaro estaba cansada de las infidelidades de su marido
Y
pidió por teléfono a su familia que le dieran
una habitación a su marido porque sus cosas ya lo había sacado afuera de la
casa.
Máximo,
el sacavueltero, llamó a su hermano para decirle que viajaba al norte del país
y le encargó que cobre un dinero que le debían como liquidación en una fábrica de polos, para la mantención de su hijo de doce años que
tenía con Francisca
Máximo
apareció en la vivienda durante la madrugada y tras sostener una nueva pelea
con Francisca tomó un cuchillo de cocina, la atacó y la mató.
Se
cambió de ropa y alistó para irse de viaje, pero al ser descubierto por un
vecino ingirió veneno por el temor de ir
a la cárcel.
Su
hijo de doce años se encontró con la terrible escena, sus padres muertos.
Crónica
policial/La República/ 29 marzo 2015
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